¿Altruismo o marca personal? La polémica sobre las donaciones de famosos contra el coronavirus
Andrés P. Mohorte
3.434 muertosdespués, España ya es el segundo país más afectado por el coronavirus. La pandemia avanza a un ritmo extraordinario. Ningún otro país había perdido tantas vidas dos semanas después deldécimo fallecido, ni siquiera China o Italia. La circunstancia es grave. Tanto que numerosas personalidades públicas y grandes empresas han comenzado a mostrar su solidaridad donando amplias cantidades de dinero a la causa.
Ejemplos. El martes diversas empresas del Ibex 35anunciabanuna iniciativa para coordinarse “lo mejor posible en la donación de material de primera necesidad”. Gran parte del movimiento se sostenía sobre donaciones millonarias, como lacomprometidapor Banco Santander por encima de los 25 millones de euros.
Días antes, Mango e Inditex publicitaban accionessimilares(donaciones de dos millones y 300.000 mascarillas cada una).
Individuos. La tendencia se ha extendido a figuras individuales. La hija de Amancio Ortega se hacomprometidoa comprar un millón de mascarillas y 5.000 trajes protectores. Messiha entregadomás de €1.000.000 a dos instituciones hospitalarias, una de ellas el Clínic de Barcelona. Guardiola hizolo propiocon la Fundación Ángel Soler Daniel.
Durante los últimos días, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha promocionado numerosas donaciones: desde elReal MadridhastaAna Botín(Santander), pasando porMarta Álvarez(Corte Inglés) o unbufetede abogados.
Intenciones. ¿Se trata de un ejercicio de altruismo o de una campaña que busca realzar la imagen de empresas y famosos en un contexto de crisis? El debateha circuladodurante los últimos días. Para algunos, las donaciones ensombrecenla faltade fondos públicos fruto de un sistema donde las grandes fortunas pueden desviar sus impuestos. Messi, por ejemplo, fuecondenadopor haber defraudado hasta €4 millones.
Tres veces más de lo donado esta semana.
Anónima. Se trata de una conversación cíclica, idéntica a la espoleada por cada donaciónde Amancio Ortega. La polémica no reside en lo conveniente del dinero sino en su moral: ¿ayudar al país o realzar una marca personal? Siguiendo el argumento, lo primero podría obtenerse desde transferencias estrictamenteanónimas, puramente solidarias.
Elaltruismosiempre es publiciad. Pero también marca tendencia: si Messi anuncia una donación, otros famosos siguen su estela. Cuando las asociaciones humanitarias se asocian a una celebridad lo hacen conscientes de su efecto arrastre. Un rostro influyente puede movilizar a otros muchos, para beneficio de la causa. Algo que se perdería en el anonimato.
Dilema. No es un hecho exclusivo de España. Similares polémicas han surgido al albur delas donacionesde Jeff Bezos ($10.000 millonespara la lucha medioambiental). O más recientemente tras las ayudasde Chinaa países como Italia o España. Ninguna donación es plenamente altruista. La cuestión es si su utilidad instrumental compensa su fin interesado.