Así es el misterioso sistema numérico de los monjes cistercienses del siglo XIII y cómo usarlo tú mismo

Esther Miguel Trula

No descubrimos nuevos sistemas numéricos todos los días, pero parece que hoy sí va a ser uno de ellos.

Data como mínimo del siglo XIII, lo usaban los monjes cistercienses (de laOrden del Císter, católicos, cercanos a Dijon, Francia) y volvió a la actualidad de los historiadoresgracias a una subasta en 1991en Londres en la que un astrolabio medieval del siglo XIV llamó la atención del público por contar con misteriosos símbolos tallados en su superficie.

The Cistercian monks invented a numbering system in the 13th century which meant that any number from 1 to 9999 could be written using a single symbolpic.twitter.com/VRuEx4dkPF

En un primer momento nadie supo a qué atendían, pero un historiador británico dijo que había visto estas mismas marcas en otros astrolabios de la misma zona que el subastado y también en otros terrenos ajenos al mundo eclesiástico, comobarriles de vino belgas o textos nacionalistas alemanesdel siglo XX (con lo que se cree quede alguna forma los masones conservaron este saberpara comunicarse con este -por aquel entonces- oscuro conocimiento).

Sigue sin saberse el origen, se cree que tal vez hay algo de griego en él. Lo que sí parece estar más claro es cuál era la utilidad del mismo para los monjes, que lo empleaban como anotación de la página de cada manuscrito o de los números de distinto tipo de listas.

El alfabeto numérico ciscertiense va del 1 a 9.999, y su principal cualidad es la de poder representar cualquiera de estos númerosaglutinado en un solo símbolo. Si para escribir por ejemplo 1.993 necesitas 8 números en el alfabeto romanos MCMXCIII, ellos lo podían representar en un único hueco. De ahí que fuese mucho más cómodo para los que lo conociesen.

Es por esto que el alfabeto funcionó como una divisiónposterior al alfabeto romano,pero también el motivo por el que seguramente no terminaría de cuajar: los indo arábigos, los que usamos hoy, permiten hacer cuentas, multiplicar o restar estos números entre sí.

Curiosamente el alfabeto cisterciensetambién era casi casi decimal: cada fragmento del “ábaco” numérico (las unidades, decenas, centenas y millares)puede ir del 0 al 9, pero no existe el 0 por sí mismo, una carencia como sabemos enorme.

Conociendo su sistema de numeración también descubrimos que tienen unabelleza matemática enorme,como los describiría un escritor renacentista alemán, de “elegantissimæ numerorum notæ”: una línea central es el tronco del número. Después, la lectura de sus partes se hace por cuatro cuadrantes: abajo a la izquierda, los miles; abajo a la derecha, los centenares; arriba a la izquierda las decenas y arriba a la derecha las unidades. En cada uno de los cuadrantes, y casi al estilo de un reloj digital, hay nueve combinaciones posibles a la hora de colocar ángulos rectos, agudos o cuadrados para saber si es un 2 o un 7.

La gente en redes sociales se ha entusiasmado tanto con esta nueva expresión numérica que algunoshan creado aplicacionesparaconvertir con precisiónel número que busques al cifrado medieval.