Avozilla, el monstruoso aguacate que pesa más de un kilo y cuesta 14€ la unidad

Andrés P. Mohorte

He aquí el sueño estereotipadode todomillennial: un aguacate lo suficientemente grande como para alimentar a una familia durante más de un mes, un monstruo de proporciones absurdas que reviente la cesta de la compra semanal a 14€ la unidad. Tan suculenta abominación existe, se comercializa a gran escala en Australia y aspira a dar el salto a otros mercados. Más pronto que tarde, quién sabe, tu rincón favorito del supermercado podría estar repleto de aguacates del tamaño de un balón de balonmano, demasiado grandes para ser ciertos.

El nombre. Naturalmente, toda gran idea requiere de un naming a la altura. En esta ocasión se trata de “Avozilla”, la conjunción cósmica de “avocado” (“aguacate” en inglés) y Godzilla, elkaijujaponés sinónimo de todo lo excesivo. Los vendidos por Peaches Fresh Food,un distribuidoraustraliano especializado en frutas gigantes y productos veganos,acapararontitulares hace más de dos año cuando fueron presentados en sociedad. Duranteel últmo añohan vuelto a atiborrar las estanterías de los mercados de Australia a unos $23 la unidad (14€, unos 1,8 kg).

Han sido tal éxito que algunos estados de la isla-continente, como Queensland, se quedaronsin ellos. Productores comoGroves GrownTropical Fruit, el más popular, no dan de sí.

De viaje. ¿Podemos esperar su llegada a otros países? Sí. En Reino Unido, de hecho, la comercialización de aguacates gigantes tiene cierto recorrido histórico. En 2013 Tesco, una de las cadenas alimenticias más populares de país,vendía unidadesa 3,2€. El megafruto ya ha dado el salto a Estados Unidos. Desde hace algunos meses, una empresa de Florida, Miami Fruit,comercializauna variedad particularmente prominente y alargada de aguacates, la Russell, congran éxitomediático. Son frutos llamativos y abundantes, por lo que tienen hueco en el mercado.

También representan un claro contraste con la  moda de las frutas diminutas, aguacates incluidos.

¿Cómo?Pese a lo que pueda aparentar, elAvozillano es un transgénico ni ha sido agrandado con productos químicos. Como seexplica aquí, crecen naturalmente en el norte de Sudáfrica, y su tamaño se debe al cruce de dos variedades de aguacate distintas (la guatemalteca, tradicionalmente carnosa, más pequeña y muy agradecida al paladar; y la de las Indias Occidentales, más grande y menos sabrosa). Los agricultores australianostuvieronque adquirir derechos de cultivo,royaltiesy licencias para plantarlos en Queensland.Deben serrecogidos a mano y, al ser tan grandes se desploman de sus árboles con facilidad, rompiéndose.

La fiebre. Ni que decir tiene que es una cuestión relevante hoy en día. El consumo de aguacate se ha convertido en un símbolo (voluntario o involuntario) de la generaciónmillenniall. Sus consumidores son muy exquisitos en materia de variedades.Como vimosen su día, la Hass es extremadamente popular, y el tránsito de su temporada a la de Shepard representa un mal trago para todo paladar exquisito en materia de aguacates. En realidadhay decenasde variedades, pero el aspecto normativo y el gusto adquirido del Hass se ha impuesto.

ElAvozilla, sin embargo, es tan excepcional que puede superar esa lógica.

Números. La producción (y el consumo) ha ido al alza durante los últimos años. Entre 2016 y 2017 el volumen de aguacates cultivados y colocados en los mercados de todo el mundocrecióen un 5,5%. México produce la abrumadora mayoría de ellos (el fruto es nativo), seguido de la República Dominicana, Perú, Indonesia y Colombia (regiones tropicales y cálidas, más aptas). Su impacto es tal que su preciose multiplicaaño a año, favoreciendo que agriculturas enteras, comola de Kenya, opten por cultivarlos frente a productos más típicos como el café.

¿La razón? En un mercado obsesionado por el aguacate, es una decisión empresarial mucho más lógica.

Imagen:ABC/YouTube

Newsletter de Xataka