Bangladesh en la ruina: las marcas de ropa dejaron de pagar pedidos milmillonarios que ya habían hecho
Esther Miguel Trula
Si en los países occidentales la crisis del coronavirus ha tenidoefectos asimétricos entre las clases altas y bajas, lo mismo ha ocurrido a nivel planetario. Los villanos de hoy, unos conocidos: las marcas detrás de la industria textil. Las víctimas: los que fabrican nuestra ropa.
13.800 millones de euros:en pérdidas de ingresos para los proveedores textiles de cientos de marcas en países en vías de desarrollo… sólo entre los meses de abril y junio, cuando las corporaciones empezaron no sólo a eliminar los futuros planes de colecciones de ropa, sino también cancelando las colecciones que tenían en marcha previstas para los siguientes meses,pidiendo rebajas del 30 o el 50% del precioe incluso negándose a pagar muchos de los pedidos que ya estaban terminando. Son cifras recopiladas porCenter for Global Workers ‘Rights (CGWR)yel Worker Rights Consortium (WRC), dos ONGs estadounidenses. Entre los países más perjudicados, Bangladesh, Camboya o Myanmar.
Podrían ser muchos más:estos análisis sólo han tenido en cuenta datos parciales, pero otros observadores estatales, como la asociación Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association (BGMEA),ya han estado aportando desde abrilcifras del impacto en tiempo real tan o más escalofriantes: sólo en ese mes se cancelaron el 83% de los pedidos, lo que supuso la pérdida de 2.2 millones de empleos en este país, siendo en dos tercios de ellos ocupados por mujeres “Tengo 2.000 trabajadores que ayudan a 10.000 miembros de sus familias. ¿Qué les tengo que decir sobre su trabajo y su sueldo?”, decía por aquel entonces un empresario al que le habían retirado unilateralmente su sustento.
“Aquí se expone el enorme desequilibrio de poder en el corazón de la industria de la moda”, esa es la conclusión a la que llegan en su denuncia estas ONGs, “el sistema de pago a posteriori ha permitido a las marcas occidentales apuntalar su posición financiera básicamente robando a sus proveedores”, dice Scott Nova, director del WRC, para quienes las compañías contaban con que el día de mañana estas regiones cuyo PIB (en Bangladesh la ropa representael 80% de todas las exportaciones) depende enormemente de la industria no podrían decir que no a sus futuros contratos (esto es lo que ha ocurrido desde septiembre, cuando diferentes empresas han pedido no sólo reactivar la producción, sinoa mayores niveles que antes de abril, ya que ahora dicen necesitar más stock para hacer frente a la demanda).
Alguien tiene que pagar el pato, pero quién:los denunciantes dicen que el terremoto Covid se ha sentido en todas partes, pero que es quien tiene menos margen de maniobra a quien se debería ayudar, y que no es ético que empresas que han estado pagandocientos de millones de dólares en dividendosa sus accionistas dejen tirados de forma indirecta a millones de trabajadores. El Gobierno de Bangladesh aportó un paquete de ayudas a las fábricas por valor de425 millones de eurospara paliar los efectos, una cantidad a todas luces insuficiente.
Quienes se han portado bien y quiénes no:los observatorioshan subrayado que, aunque en un primer momento casi todas las marcas lo pararon todo, ahora algunas empresas se han comprometido a pagar y recoger los pedidos que habían suspendido o cancelado. Entre estas marcas están Primark, Inditex, H&M y Gap. Entre las que aún no lo han hecho, Topshop, Arcadia Group, Walmart, Urban Outfitters y Mothercare.