BBVA, Santander, Caixabank… Qué hay detrás de que la banca tradicional aumente el cobro de comisiones

Esther Miguel Trula

Los clientes de BBVAse han topadoesta semana con una ingrata notificación: muchas delas condiciones de las cuentas nóminavan a cambiar a partir de diciembre y será a peor. La misiva es similar en objetivos (aunque varía en los detalles de las condiciones) con la que han recibido también estos meses los que tienen cuentas corrientes con Caixabank (lo de ellos ha sidoaún más leonino) ySantander.

En jerga financiera ahorase pide “más vinculación” a los clientes. En cristiano, que se cobrarán comisiones de 2 euros por sacar menos de 2.000 euros en caja y que habrá que pagar 35 euros al año por tu tarjeta de débitosalvo que cumplas unas cuantas condiciones, como por ejemplo, adquirir uno de sus planes de inversiones, o te pases a la tarjeta de crédito, menos penalizada.

Un paseo por redes socialesnos devuelve a miles de usuarios enfadados, con un sentimiento de desamparo y buscando soluciones. Una de las planteadas es, por ejemplo, pasarse a una cuenta online, pero si eras previamente cliente de este bancotambién te cobrarán una comisiónpor apertura de cuenta (no si, por ejemplo, vienes del Santander). Al mirar a los potenciales nuevos destinos de sus ahorros, muchos han empezado a hilar las noticias vistas en estos meses para dilucidar el posible relato: ¿están los bancos concentrándose a lo locopara que al final tengamos que pagar sí o sí por tener en ellos nuestro dinero? La respuesta corta es no, la larga viene a continuación.

Una concentración sin precedentes

Unicaja con Liberbank (en ciernes); Bankia con Caixabank (cerrada); Sabadell con BBVA o Kutxabank (en negociaciones)… y antes de eso el Santander, quecompró el Banco Popular en 2017. La banca tradicional está ya metida de pleno en la tercera oleada de uniones entre entidades, una revolución que inició la quiebra de Lehman Brothers. Si antes de 2008 operaban 60 entidades en nuestro país,en la actualidad existen doce grupos, pero los supervisores quieren quese acaben quedando en entre tres y cinco operadores, siendo uno de los deseados el coloso Santander-BBVA.

¿A cuento de qué tantas fusiones? La actividad económica de la gente sigue sin subir, y ya antes de la crisis del Covid se sabía quela morosidad crecería, más aún en este nuevo escenario. Los inversores le reclaman a sus entidades un 10% de rentabilidad frente al 3% que plantea el mercado.

Pero lo más importante esla política de tipos bajos. O para acordarnos de aquellos grandes héroes de hace un par de años, queSilvia Charro y Simón Pérez estaban equivocados: no optes por el tipo fijo. El euribor está hoy en nuevos mínimos históricos, un -0.25%, y los analistas ya están diciendo que la época de tipos altos que se vivían en los años 70 o antes de la última crisis financierano son la norma histórica, sino posiblemente la excepción que no volveráen un buen tiempo, pese a que era el futuro al que se estaban aferrando los operadores.

Tal vez lo sabían hasta nuestros legisladores, que en la última reforma de la ley hipotecaria añadieron una cláusula por la que los bancos no tendrían que descontar interesesen caso de que los tipos fuesen negativos, como está ocurriendo (y, de hecho, la bancaestá peleandopara no tener que pagársela a los clientes que firmaron hipotecas antes de este cambio, algo que podría ser ilegal ya que la ley no tiene carácter retroactivo).

Sacar de donde no había

Como vienen observando los ciudadanos,los bancos están adelgazando su estructura física, en estos añosse han deshecho de un tercio de sus plantillasy decasi la mitad de sus oficinas. La otra baza que queda para sacar rendimientos es, pues, pasarse al cobro de comisiones por servicio (algo que está saliendo bien, ya que han conseguidoaumentar sus comisiones netas un 3.6% en lo que va de año) o intentar que un mayor porcentaje de sus clientes se pasen a otros servicios, como la compra de seguros.

La idea,el plan que se propuso desde el BCE, es que si las entidades son más magras y hay entre tres y cinco grupos, la supervivencia estaría garantizada por la propia economía de escala, y también habría un suficiente nivel de competencia entre ellas, más teniendo en cuenta quea la gran banca le salen pequeños bancosque ofrecen otros servicios.

Hacia una revolución digital

Así define The Economistlo que está ocurriendo en las placas tectónicas bancarias de todo el mundo: a día de hoyla banca tradicional mueve el 73%de todo el valor del mercado en servicios bancarios y de los servicios de pago cuandoen 2010 movía el 96%.Los mercados emergentes se están adaptando a pasos agigantados, como se puede ver por los experimentos deSomaliaoBrasil, pero es algo que también se está trasladando a los usuarios mayores del viejo continente: en abrilun quinto de los clientes norteamericanosque nunca había hecho pagos online lo hizo por primera vez.

Casi todo ello ha ido a los servicios más cotidianos, como sonlas cuentas monederoo intermediarios de las transacciones digitales tipo Bizum, pero hay una competencia entre los operadores digitales por ser los primeros en la carrera por ser los que se establezcan como grandes proveedores de servicios financieros como son los créditos o los seguros.