Cómo dormir cuando hace mucho calor y no tienes aire acondicionado: lo que dice la ciencia
Javier Jiménez
No es casualidad que el infierno sea un sitio caluroso. El frío hace daño, es afilado, puede matarte; peroel calor, el calor de verdad, es un tipo de torturamuchas veces peor que cualquier otra que podríamos haber imaginado.
Al menos, yo no soy capaz de imaginar muchos castigos más desesperantes que el estar condenado a dormir todas las noches a muchísimos más grados de los razonables. Igual es debido a que son las 3 y 27 de la mañana, hace 20 minutos que desperté empapado de sudor y desde entonces estoy buscandoqué dice la ciencia sobre cómo dormir en veranocuando no tenemos aire acondicionado.
¿Se puede dormir fresco sin aire acondicionado o ventilador?
v Y reconozco que estoy profundamente decepcionado. Éste es uno de esos temas que nos demuestran que la ciencia no atiende a las verdaderas prioridades sociales: hay muchos investigadorestratando de enviar a los seres humanos a Marte,curar enfermedadesofrenar el cambio climático. Pero, ¿Y dormir en verano?¿Es que nadie va a ponerse a investigar cómo dormir en verano?
Quizás estoy exagerando un poco, pero la verdad hay poca investigación sobre este tema. No obstante,podemos usar lo que sabemos sobre el “sueño basado en la evidencia”, para sacar algunas conclusiones, recurriendo a libros como’Guía clínica sobre los desórdenes en el sueño en niños y adolescentes'.
Y la primera conclusión es que, aunque los investigadores no se han puesto de acuerdo en cuál es la temperatura ideal para dormir (algunos apuntanque son unos 18,3ºC, pero no hay un consenso), sí lo han hecho en una idea fundamental:dormir con calor es objetivamente una mala idea.
¿Por qué dormimos mal cuando hace calor?
Hay investigadores comoMalcolm von Schantz, neurocientífico del sueño en la Universidad de Surrey,que creeque la razón es evolutiva: “como especie, somos animales diurnos”. Es decir, “hemos evolucionado para dormir durante la noche, cuando hace más frío y se está oscuro”. Por eso, los cambios de temperatura nos indican que algo no está funcionando bien: sirven como un ‘reloj natural’ y nos despertamos, como también apuntaron Kazue Okamoto-Mizuno y Koh Mizunoen su estudio.
Sea por el motivo que sea, es cierto que durante el sueño nuestra temperatura cambia entre la vigilia y el sueño. De hecho,“la regulación térmica es un factor significativo” en la regulación del sueño,explicabael profesorCameron Van Den Heuvel, de la Universidad de Adelaida. “En torno a una hora o treinta minutos antes de dormir, el cuerpo empieza a perder calor corporal. Esto hace que aumenten los sentimientos de cansancio en adultos normales sanos”.
Las personas con insomnio, sin ir más lejos, “muestran que tienen una temperatura basal justo antes de dormir más alta que las personas que no tienen problemas de sueño”. El calor ambiente, no ayuda a esa reducción térmica y parece más que demostrado quecuando la temperatura es muy alta, es más difícil conciliar el sueñoy, cuando se consigue, éste esde muy poca calidad(fragmentado y con pocos sueños).
Alternativas al aire acondicionado: cómo enfriar la casa de forma natural
Rastreando por la literatura científica, los consejos para dormir se pueden organizar en torno a dos grandes temas: los consejos para sustituir el aire acondicionado (es decir, paraenfriar o impedir que se caliente el espacio donde dormimos) y los consejos parausar nuestras propia fisiologíapara ayudarnos a conciliar el sueño.
El primer movimiento es hacer todo lo posible paraevitar que la habitación se caliente durante el díae introducirlo ennuestra práctica habitual. Los expertos recomiendan escoger la habitación más aislada del lugar y, si es posible, la más baja también (el calor tiende a subir a las plantas superiores).
Una vez seleccionada, hay que aislarlacerrando ventanas, puertas y persianas durante el día. Cuando cae la noche, la temperatura exterior suele bajar: es el momento de abrirlas ycrear una pequeña corriente que refrigerará toda la casa. También nos puede ayudar algún ventilador, especialmente si es programable y podemos activar un apagado automático cuando calculemos que estaremos dormidos.
Además de eso, escoge ropa ligera de cama (lasfibras naturalesabsorben mejor el sudor que las sintéticas) y pijamas de verano (o ningún pijama). Con el calor,el sueño se vuelve fragmentarioy es mejor que estemos lo más frescos posibles. Y además de las fibras naturales y la bajada de persianas.
Cómo dormir bien cuando hace mucho calor: aprovechar nuestra fisiología de forma inteligente
Como decíamos,el agua puede ser un gran aliadosegún como la utilicemos. Aquí es donde entra usar nuestra fisiología de forma inteligente: una ducha puede venir bien para mejorar la sensación térmica, aunque también puede hacernos sentir más frío y hace que sudemos menos. Esto es un problema porque, recordemos, el sudor, como la lengua en los perros, esnuestro principal sistema biológico de refrigeración.
¿Fría o caliente? En este caso, es cuestión de preferencias: las dos opciones parecen razonables, y aunque en principio la ducha fría parece más interesante hay expertos quese inclinan a recomendar una ducha calienteen una cálida noche. La ducha caliente aumenta la humedad del ambiente ycuanta más humedad haya en el ambiente, más difícil será que nuestro sudor se evapore- y que esa evaporación reduzca nuestra temperatura. Por eso, no es mala idea usar deshumidificadores.
Tambiénse recomiendano hacer ejercicio de manera demasiado cercana a la hora de acostarse, debido al aumento de temperatura corporal que produce. Así, el ejercicio durante el día o de manera más anticipada al sueño sí es una ayuda porque así contribuye al cansancio y a que no entre el sueño, pero a tiempo para que nos podamos relajar tras esa ducha (sea o no caliente).
La última idea relacionada con el agua esdormir - ligeramente - mojados. Este es un “remedio” quedata de los tiempos de los egipciosque usaban esteras o alfombras humedecidas para poder conciliar el sueño en las orillas del Nilo. No es ninguna locura, aunque reconozco que para ello hay que practicar un poco. No es sencillo dormir cómodamente si estás mojado.
Un sueño higiénico: comer, dormir y tomar el sol
El resto de ideasque podemos encontrar sonconsejos propios de la higiene del sueño en general: Hidratarse (sudar hace que perdamos mucha agua y muchos electrolitos), no hacer cenas copiosas (ya el sueño es lo suficientemente malo sin tener que hacer la digestión) y cuidar la piel (las quemaduras no ayudan a dormir). Tambiénes recomendable evitar el alcohol antes de dormir. El alcohol es un deshidratante natural y, por eso mismo, contribuye al problema
Ya sabéis que en esta casasomos muy aficionados a la siestay con motivo. Pero es que la siesta también es una buena idea: no porque nos ayude a dormir más fresquitos, sino porquenos ayuda a reponer el sueño. Si luego por la noche se hace difícil dormir, eso que llevamos repuesto.
Prepararse para el calor
Más allá de cuatro consejos sencillos y un par de trampas para engañar a nuestro cuerpo, lo que parece claro en la literatura científica es queno hay grandes secretos ni recetas mágicas: cuando hace calor, dormimos mal.
Y, por lo que señalan los expertos,va a hacer mucho calor en el futuro, con el impacto que eso tendrá en la calidad del sueño de todos nosotros. No es mal momento, pues, parainvestigar a fondo otras alternativas: esperemos que alguien lo haga.
Una versión previa de este tema se publicó en 2017.
Imagen |Joyce Romero