Conciertos y fiestas desde el coche: Alemania ya está ensayando el futuro del ocio nocturno

Andrés P. Mohorte

Europa ha iniciado su largo, lento, paulatino procesode desconfinamiento. Algunas tiendas abren; algunos colegios retoman su actividad; algunas actividades sociales recuperan su lugar en la vía pública. Otras muchas siguen vetadas. Pocos países permiten a día de hoy las grandes aglomeraciones, barrera que posterga la celebración de conciertos o fiestas. Excepto si se realizan desdeel coche.

Discocoche. Más de 500 personas se dieron cita la semana pasada en una discoteca de Schüttorf, al norte de Alemania, paradisfrutarde una sesión de música electrónica a lo largo de toda la noche. Todos los asistentes lo hicieron desde sus coches. 250 vehículos se agolparon frente al escenario para mantener la distancia de seguridad y evitar el contacto social. Una solución imaginativa a las restricciones del gobierno.

Dos por vehículo. Las autoridades permiten salir a la calle, pero aún no han abierto el grifo de las algomeraciones públicas. La discoteca en cuestión,Club Index, planteó algo intrínsecamente alemán: celebrar la fiesta desde el coche. La policía local verificó que todos los vehículos transportaban a dos personas como máximo, lo estipulado por ley, y vigilaron el desarrollo del evento. Transcurrió sin mayores incidentes.

Lo común. La imagen es poderosa: centenares de coches amontonados en un espacio cerrado, medio millar de personas cantando y bailando desde sus habitáculos. Y también común. La ciudad de Hanover tieneprogramadosvarios eventos similares, siempre en torno a la músicaelectrónica, durante las próximas semanas. Alemaniavive unboomde auto-espectáculos, ya sean conciertos, cines o inclusoliturgiasreligiosas.

Index, por cierto, tiene previsto repetir el evento (el de la pasada semana fue el segundo, a 24€ el vehículo) el 9 de mayo. Aunque orientado a familias.

Expansión. No sólo se trata de Alemania. Hace algunos días, un cantante danés, Mads Langer, ofrecióun concierto para 500 personas a las afueras de Aarhus, la segunda ciudad de Dinamarca. Todas ellas asistieron desde sus coches, en una enorme explanada habilitada para la ocasión. Las autoridades locales quedaronmuy satisfechascon la experiencia, al reavivar la vida cultural sin contacto masivo.

¿Más coche?El coche ofrece una ventaja innegable en tiempos de distancia social: es un habitáculo cerrado que cercena todo contacto personal si es necesario. De ahí que losdrive-inpuedan disfrutar de unrevival, al uso de los célebres cines de los años cincuenta y sesenta (de capa caída durante las últimas décadas). En países como Alemania, donde disfrutan de una posición culturalpreferente, son una solución natural a las restricciones.

En las ciudades la batalla es muydistinta. Numerosos ayuntamientos estánampliandoel espacio dedicado a peatones y bicicletas, en detrimento de las calzadas. Para fiestas y conciertos, sin embargo, parecen gozar de un repunte de popularidad.

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