Cuadros en movimiento: todo lo que el cine moderno ha “robado” a la pintura antigua
Materlín
Un pintor cuenta en una imagen fija una historia a menudo muy movida. Un cineasta, por su parte, cuenta con más tiempo (noventa minutos como media) para poner en movimiento imágenes y personajes y contar la historia que quiere contar.
La pintura existe desde que el hombre vivía en las cavernas. El cine es más reciente, nació hace un siglo apenas. De modo que al momento de imaginar sus películas los cineastas pueden echar mano al acervo deimágenesal alcance de todos. También porque a la hora de filmar una situación cualquiera, una cena digamos, es imposible noverlaÚltima cena de Leonardoy a sus trece comensales dispuestos en cinco triángulos.
Y así con todo. Una mujer y su hijo muerto, unapietà. Una mujer rompiendo cadenas,Delacroix. Una matanza, Guernica. Un hombre en la bañera,Marat. El cielo y las estrellas, Van Gogh. Un hombre solo frente al mar de nubes,Friedrichy el romanticismo alemán. Todo está en la pintura y tal vez los cineasta no tienen más remedio que citar a los pintores o intentar ignorarlos para crear unas imágenes nuevas que, lo queramos o no, nos harán pensar en alguna pintura.
De lo que se sigue esta selección de citas más o menos textuales, de imágenes que han creado imágenes, de algunos “préstamos” de la pintura al séptimo arte.
Van Gogh y la pasión de Van Gogh
Lospréstamosmás explícitos están, por cierto, en las películas sobre pintores. Un caso ejemplar en este sentido es la recienteLoving Vincent, de Dorota Kobiela, que muestra los lugares en que vivió el pintor holandés como si de telas suyas se tratase, a través de un procedimiento consistente en pintar la película a mano, a la manera de Van Gogh precisamente.
Pasolini y su “Trilogía de la Vida”
Ahora bien, para mostrar imágenes tomadas de la pintura no tiene por qué estar todo el filme dedicado a un pintor. Basta con una secuencia, como en la historia del discípulo de Giotto en elDecamerón, de Pasolini, 1971.
Claro que todo elDecamerónpasoliniano está cruzado por citas pictóricas, tomadas de Bruegel particularmente, como este fragmento delCombate entre el carnaval y la cuaresma, 1559.
Es el caso también de otro filme de Pasolini que, como elDecamerón, forma parte de la llamada “Trilogía de la vida”, filmada por el italiano a comienzos de los años setenta, como en esta aparición de laConversión de San Pablo, de Bruegel, 1567, en losCuentos de Canterbury, 1972.
Y ni qué decir de este detalle de losProverbios flamencos, de Bruegel, 1559, también enCuentos de Canterbury, de Pasolini, 1972.
Fritz Lang y la metrópolis de Bruegel
Pasolini no es el único cineasta que encuentra en Bruegel imágenes para sus filmes. Véase el caso del Fritz Lang, maestro del cine expresionista alemán, quien instala en suMetrópolis, de 1927, una Torre de Babel muy similar a la de Bruegel (1565). Por cierto, Bruegel había viajado a Italia cuando joven y lo que allí vio no cayó en un saco roto.
Cazando en la nieve de Tarkovsky
De Bruegel también podemos ver susCazadores en la nieve, 1565,enEl espejo, 1975, de Andréi Tarkovsky, cineasta ruso de culto.
De Breda a Nevsky
Otro clásico del cine ruso, Serguéi Eisenstein, incluye enAlexander Nevsky, 1938, esta referencia visual aLa Rendición de Breda, de Velázquez, 1635.
El apocalipsis de Monet
Avanzamos en el tiempo y el espacio y encontramos al cuadro que bautizó al impresionismo,Impresión, sol naciente, de Monet, en 1872, incrustado en la muy expresivaApocalypse Now, de Francis Ford Coppola, 1979.
El largo halo de Hopper
Si Bruegel tiene mucho éxito entre los cineastas europeos, como vemos arriba, Edward Hopper, en particular suCasa junto a la vía del tren, 1925, lo tiene también, y mucho, entre los cineastas norteamericanos, como Terrence Malik, Howard Hawks o Herbert Ross, oamericanizados, como Alfred Hitchcock y Wim Wenders.
Millais, Van Trier, Tarantino, Gainsborough
Algo de esto y mucho más hay en los tresexcelentes vídeos que Vugar Efendiha dedicado a lospréstamos, las citas textuales y otros guiños del cine a la pintura. Del primero destacamos las referencias de Tarantino a Gainsborough y de Van Trier a Millais. Del segundo, la cita literal de Sofia Coppola delNapoleónde David y el chiste de Bigas Luna sobre Goya. Y del tercero y último la arriesgada y atinada asociación entre Matisse y elMoonlightde Barry Jenkins.
Y así podríamos seguir un rato largo. Y, de hecho, seguimos y cada vez que vamos al cine vemos cuadros en movimiento. Porque mientras haya cine, habrá pintura en el cine.