Javier Pastor

Noticia muy triste la que se ha confirmado hoy.LG abandona el mercado de los móviles. El CEO de LG valoraba esa posibilidadhace meses, y finalmente se ha decidido que la división de móviles de LGeche el cierre el próximo 31 de juliode 2021.

La decisión es totalmente lógica desde el punto de vista empresarial. LG no paraba de intentar ser relevante en este mercado con apuestas (quizás demasiado) originales, pero ninguna de ellas acabó cuajando. La situación contrasta conese pasado espléndido que nos permitió disfrutar de móviles excepcionalescomo elNexus 5de 2013 y, desde luego, aquelLG G2que no logró tener continuidad en posteriores modelos de esa familia.

Cuando LG hacía móviles que todos queríamos tener

Google venía ya de un espléndido Nexus 4 (yome lo pedí en Navidadde 2012, pero los Reyes Magos no me lo trajeron), perocon los Nexus 5 rizó el rizo. Logró mejorar de forma notable a su antecesor sin que el precio se disparase, y lo convirtió en un móvil imposible de no recomendar.

Daba igual quela batalla con los cholloteléfonos empezase a complicarseya en aquella época. LosXiaomi Mi3comenzaban a hacer ruido aunque fuese muy difícil conseguirlos (cómo ha cambiado el cuento), pero es que el Nexus 5 era en realidad una apuesta doble.

Lo era porqueen la misma época fue presentado el LG G2, que fue nombrado teléfono del año en algunos medios aunque tampoco se librara de las críticas. Por ejemplo, la de renunciar al cristal que había sido nota diferencial de los Optimus G para pasarse a aquella carcasa de plástico que no era propia de un terminal “premium”.

El debate de los materiales estaba muy en boga en aquel momento, pero lo cierto es queambos terminales eran fantásticos en su propuesta hardware—con un Snapdragon 800 que dominaba el mercado de la gama alta—y también ofrecían ya una experiencia software notable en la que por ejemplo empezábamos a acostumbrarnos a poder decirle “OK Google” al móvil.

Aquello de hablarle al móvil (en este caso, al Nexus 5 en el que debutaba esa opción) nos resultaba “útil, pero ligeramente desconcertante” a finales de 2013. Las cosas han cambiado mucho 7 años y medio después, y lo raro es no hablarle (un poco) al móvil.

Ambos terminales eran sin duda grandes opciones para cualquier usuario, y loscompetidores de entonces(Sony Xperia Z1, HTC One, Samsung Galaxy S4) eran desde luego estupendos pero más caros: la apuesta de LG tanto al colaborar con Google como al ofrecer su terminal erahacerlo muy apetecible para el gran público.

Del Nexus 5 y el LG G2 al precipicio: LG no dejaba de perder dinero en móviles

Eso, lamentablemente, no sirvió de mucho, porque posteriores generaciones de la familia LG G acabaron siguiendo un camino errático: mientrasotros como Samsung apostaba por mejoras iterativas más aburridas pero efectivas, en LG decidieron innovar en terrenos arriesgados que no acababan de atrapar a los usuarios. Aquello fue el principio del fin.

Desde luego no ayudó que Google cambiara de socio y se aliara con Motorola para lanzar unNexus 6que cambiaba de filosofía (mucho más caro) y que no convenció a demasiada gente. ElLG G3era grandote (en nuestro análisis de hecho destacábamos como punto negativo que su pantalla de 5,5 pulgadas era demasiado grande) perono aportaba otras diferencias fundamentalescon la competencia aun subiendo ya de precio de forma notable.

Los años sucesivos no hicieron sino empeorar el panorama. LG comenzaba su etapa de experimentos:a menudo originales y valientes, perocasi siempre sin resultados destacables.

Las ventas se resentían y esa parte del negociocada vez era menos relevanteen ingresos a pesar de suponer un esfuerzo enorme en ámbitos como la investigación y desarrollo o el marketing.

Eso se notaba también en los resultados financieros: los beneficios que sí se percibieron con lanzamientos como los de los citados Nexus 5 y LG G2 acabaronconvirtiéndose en pérdidas en los años siguientes.

Los sucesivos terminales tuvieron un éxito relativo en el que aunque los ingresos de la división se mantuvieron e incluso subieron hasta principios de 2018,acabaron cayendo en picado en una desaceleración totalque fue dejando claro que en LG estaban reduciendo su apuesta para tratar de reducir ese agujero en el que se habían convertido sus móviles.

Lo cierto es que la noticia es un verdadero jarro de agua fría para muchos usuarios que seguíanencontrando en móviles de las gamas G o V estupendos aliadosen todo tipo de ámbitos. El segmento de la movilidad es desde luego más competitivo que nunca, y de hecho la sombra de un cierre similar amenaza desde hace tiempo a otros “clásicos” del mercado.

De hecho Rick Osterloth, entonces CEO de Motorola y ahora directivo de alto nivel en Google,afirmabaque en 2021 Sony o HTC dejarían de estar en este segmento. Lo curioso es que entoncesalababa al LG G5 y su apuesta por un diseño modularque fue desde luego una idea valiente y arriesgada que no acabó de cuajar. Qué pena, LG. Qué pena.