Donald Trump ya no es presidente. Así que las audiencias televisivas han caído en picado

Andrés P. Mohorte

Ten cuidado con lo que deseas, podría volverse realidad. La máxima la están sufriendo las principales cadenas televisivas de Estados Unidos. Durante años han gozado de una audiencia creciente gracias al incandescente foco de atención que representaba Donald J. Trump, el primer presidente que hizo de su acción de gobierno un gran programade telerrealidad. Su derrota electoral y el ascenso al poder de Joe Biden, un señor normaly aburrido, ha puesto fin a la espectacularidad de la política estadounidense.

Y ha provocado que millones de espectadores apaguen la televisión.

Las cifras. Las ofreceeste artículode Variety. Los principales programas del “prime time”, todos ellos dedicados a analizar la actualidad política, están sufriendo. CNN se deja entre el 28% y el 32% de su audiencia de diciembre a enero; Fox News cuenta pérdidas de entre el 9% y el 4,8%; y MSNBC amplía su horquilla de descalabros al 17% y al 9%. Todos los presentadores estrella, sin excepción, ya sean muy demócratas o muy republicanos, se llamen Anderson Cooper o Sean Hannity, tienen hoy menos espectadores que a finales de 2020.

La razón es simple: Trump.

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¿Por qué?Porque Trump ofrecía un gran espectáculo televisivo. Muy poco pan, pero un espléndido circo. Él mismo lo sabía ylo había predicho. En caso de que abandonara la Casa Blanca “habría un desplome masivo de las audiencias televisivas, la televisión entraría en depresión”. Matt Taibbi cuenta con unestupendo análisissobre lo que implicó en su momento la aparición de Trump en la escena política y hasta qué punto la prensa avivó su constante necesidad de ser el centro de atención porque, en última instancia, era un buen producto audiovisual:

Un torbellino. Ejemplos hay a raudales, no sólo en los medios estadounidenses sino también en los internacionales. Toda la prensa, incluidos nosotros, cubrió acontecimientos frenéticos comola investigaciónde Robert Mueller, el cierre fronterizo con lospaíses árabes,las “jaulas"destinadas a los niños migrantes de México, laguerra comercialcon China y laUnión Europeay, por supuestísimo, elasalto al Capitolio, la gran traca final, el episodio que cerró el paso de Trump por la Casa Blanca y que pareció surgir de la mente de un guionista.

Mutua dependencia. En el camino medios, muy especialmente televisiones, y Trump generaron una relación de mutua dependencia. Los primeros le necesitaban para apelar a sus lectores (a favor o en contra) y levantar sus audiencias. En 2014, un año antes de que Trump descendieraaquellas escaleras, losprime timede MSNBC, Fox y CNN caían a un ritmodel 8% anual. La actualidad política no interesaba y sus programas se encontraban en su popularidad más baja de los últimosveinte años.

Trump fue una bendición. Para todos, incluidos loslate nightsque de la noche a la mañana adoptaron un tono decididamentemás político. Por su parte, el hoy ex-presidente necesitaba atraer la atención de la prensa para a) abrumar al electorado con un escándalo/idea alborotada/excentricidad tras otra, desdibujando cualquier supervisión sobre sus políticas y medidas y b) polarizar el clima mediático, activando al electorado demócrata… Pero también al suyo, en permanente estado devictimización.

La tendencia. En última instancia la estrategia de Trump fracasó. Pero no deberíamos subestimar el fenómeno. La sobreexposición mediática está rompiendo la democracia. Lo vimos a cuentade un estudioen el que se ilustraba cómo la llegada de la banda ancha polarizaba a los electorados y los hacía menos proclives a entender o aceptar las ideas delopuesto. Esta dinámica se ha trasladado a las televisiones y a sus presentadores, nichos a los que acudes no a informarte sino a que te den la razón. Un proceso al que Españano es en absolutoajena.

La política como “gran evento espectacular diario”, y no como aburrido quehacer legislativo y regulatorio, tiene sus desventajas. Aunque sea muy rentable para los medios de comunicación y algunos gobernantes.

Imagen: Jacquelyn Martin/AP

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