El covid ya no es “socialmente crítico” en Dinamarca. Es cuestión de tiempo que los demás vayamos detrás

Andrés P. Mohorte

Desde un primer momento, Dinamarca ha sido uno de los países que mejor ha gestionado la epidemia. Su tasa de letalidad es inferior a la de sus vecinos,en especial Suecia, y se cuenta entre las más modestas del continente. Las autoridades contuvieron las variantes que,como Delta, sí han causado estragosen Españay otros países, y el ritmo de vacunación es bueno. La suma de factores ha llevado al gobierno a anunciar algo hoy llamativo: el fin de todas las restricciones en septiembre.

Cómo. La noticia saltóhace unos días: Dinamarca dejará de considerar al covid una enfermedad “socialmente crítica” a partir del 10 de septiembre. La consecuencia inmediata es una vuelta a la normalidad. A la normalidad de antaño, no a la “nueva normalidad” experimentadapor Franciay otros países. “El gobierno prometió no mantener las restricciones más allá de lo necesario, y estamos en ese punto ahora”, argumentó el ministro de Sanidad, Magnus Heunicke, durante el anuncio de la decisión.

Dinamarca pondrá fin así a 18 meses (18 meses) de restricciones.

El proceso. Las autoridades, eso sí, se reservan el derecho a recuperarlas en caso de que la situación empeore drásticamente. Por el momento, el fin de las medidas suspende losconfinamientos automáticoscuando un umbral de contagios se registra en determinadas regiones o la obligatoriedad del pasaporte de vacunación o inmunidad como herramienta de acceso al ocio. Síse mantendránmedidas de monitorización, como el testeo masivo, la secuenciación del virus (muy exitosaen Dinamarca) o el análisis deaguas fecales. Vigilantes, sí, pero sin restricciones.

Para el caso que nos ocupa, lo relevante es esto: el coronavirus ya no es “socialmente crítico”, por lo que las bases legales y jurídicas que habilitaron aquellas medidas extraordinarias ya no existen. Lo que impide sostenerlas en el tiempo. Es una situación inédita desde marzo de 2020.

La situación. ¿Qué datos han conducido a esta situación? Por un lado, la vacunación. Dinamarcaha inmunizadocompletamente al 71% de su población (frente al 70% de España, el 59% de Alemania, el 45% de Japón o el 27% de Australia) y ha administrado una dosis al menos al 75% (España está en el 77%). A esto debemos sumar la contención de la mortalidad: Dinamarca ha registrado apenas 2 muertes por cada millón de habitantes enla última semana, una tendencia prolongada desde marzo; España, por su parte, ha ascendido a las 17/millón semanales tras meses a la baja. Francia (11), Reino Unido (12), o Estados Unidos (23) están peor.

El futuro. Dicho de otro modo, la abrumadora mayoría de la población danesa ya está inmunizada y el número de fallecimientos diarios atribuibles al coronavirus escon frecuencia 0, y lleva siendo así muchos meses. Las hospitalizaciones se han desplomado en relación al año pasado, aunque hayan subido en las últimas semanas. Cada vez menos gente muere de covid otermina en el hospitala causa de covid. La incidencia social de la enfermedad, la urgencia que llevó a confinamientos y restricciones masivas, se ha acabado. O al menos está muy cerca de terminar.

Los demás. En ese sentido, Dinamarca marca el futuro del resto de países. Es cierto que Reino Unido, España y Franciaestán sufriendorepuntes agudos de los contagios durante la recta final del verano, pero también que las muertesno han crecidoen proporción como sí lo hicieron en el resto de olas. Las vacunas han funcionado y han sentado las bases para una “normalidad” real, una en la que el coronavirus ya no hipoteca la vida pública. Aunque para gran partede los dirigentesyde la poblaciónla perspectiva aún hoy parezca psicológicamente lejana.

Imagen:News Orensund/Flickr

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