El culebrón de AstraZeneca sigue al otro lado del Atlántico: EEUU duda de los datos de eficacia y pide más información a la compañía
Javier Jiménez
Ayer,cuando parecía amainar la tormenta en torno a la vacuna de AstraZeneca, la farmacéutica se reafirmópublicando los resultados de un ensayorealizado en EEUU, Chile y Perú. Resultados que mostrabanuna eficiencia del 100% contra la hospitalización y la enfermedad grave, un 79% contra síntomas leves y un 80% de eficacia en mayores de 65 años. Además,no se había registrado casos sospechosos de tromboscomo los que habían motivado la paralización en cadena en Europa.
Sin embargo, poco después, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosaspublicaba una nota de prensaen la que se mostraba “preocupado por la información publicada por AstraZeneca”. Según explicaban,la farmacéutica “podría haber incluido información desactualizada” dando “una visión incompleta de la eficacia” de la vacuna. Por ello “urgía a la compañía a trabaja” con ellos “para revisar los datos de eficacia y asegurar la mayor precisión” lo “más rápido posible”.
Las dudas solo afectan a la eficacia de la vacuna
Es importante tener en cuenta que todas las dudas se refieren a la eficacia de la vacuna y no a su seguridad. Hasta donde sabemos, los datos de seguridad (que, recordemos,estaban en el centro de la polémica europea de la semana pasada) no han suscitado dudas por parte de los comités norteamericanos. ¿Qué consecuencias tiene todo esto? En principio, si la compañía subsana (o aclara) los problemas que han surgido,no debería de haber muchos y el inyectable podría estar usándose en EEUU pronto.
Sin embargo, esun problema más que se suma a la cascada de malentendidos, alarmas y conflictosque han rodeado a la vacuna de AstraZeneca. Un vodevil político y mediático que,como no podía ser de otra manera, ha despertado el recelo y escepticismo de los europeos. En los últimos 15 días, el porcentaje de franceses, italianos, alemanes y españoles que consideran “insegura” a la solución de AstraZenecase ha disparado. De hecho, ya son mayoría en Francia (el 61%), Alemania (el 55%) y España (el 52%) mientras que en Italia, Dinamarca y Suecia van camino de serlo.
Imagen | GenCat