El fútbol tiene un año para romper con las casas de apuestas. Un drama de 90 millones de euros
Andrés P. Mohorte
Desde que Alberto Garzón accediera a la cartera de Consumo todos los clubes deportivos de España podían esperar una larga ydolorosa batallacontra la publicidad de las casas de apuestas. Muchos de ellos dependen en gran medida de ellas para cubrir sus presupuestos.En febreroobtuvieron la primera pista, confirmada en julio: la publicidad del juego en sus camisetas y tablones publicitarios quedaría prohibida en cuanto se publicara el decreto ley pertinente.
Hoy han recibido la confirmación definitiva. Con polémica.
La carta. El problema surge de los tiempos. Con la temporada ya comenzada y los patrocinios cerrados, el Ministerio de Consumo ha remitidouna misivaa todos los clubes de la Liga de Fútbol Profesional conminándoles a “cancelar” sus acuerdos con las casas de apuestas. Garzón considera que el decreto, una vez sancionado por el Consejo de Estado, está listo para su publicación. Y que su aplicación tendría efectoinmediato.
Esto ha causado un gran enfado en La Liga.
🚨 Noticia@partidazocope📩 Carta del Gobierno a los equipos de@LaLiga: “En los próximos días se les obligará a retirar la publicidad de casas de apuestas"😡 La gran mayoría de equipos están muy enfadados con esta decisión del Gobierno📻#PartidazoCOPEpic.twitter.com/UokSUzDboa
Estrategias. ¿Significa eso que los equipos, a mitad de temporada y con los presupuestos cerrados, tendrán que prescindir de sus patrocinios y de sus generosos ingresos? No. El decreto, como se anuncia en la propia carta y como Consumoha confirmadoen varias ocasiones, incluye un “periodo de carencia”. Los clubes que dispongan de un acuerdo esta temporada lo podrán mantener hasta el final de la misma. Pero no podrá ir más allá. Tendrán que romperlo de cara a la siguiente.
Es decir, este es el último año de las apuestas en el fútbol o en el baloncesto. Su publicidad no estará permitida en la 2021-2022.
Rapidez. Pese al aspaviento, La Liga no puede fingir sorpresa. En junio fueron múltiples los equipos que se apresuraron a renovar sus contratos, o a firmar nuevos, con diversas casas. Para entonces ya sabían de las intenciones del ministerio y de la más que probable prohibición en cuanto se publicara el decreto. Garzón, de hecho, tildóde “temeridad"aquellos acuerdos. Los clubes deseaban imponer los hechos sobre el terreno. Es más difícil revertir algo cuando está consumado.
¿Cuáles?Hay varios ejemplos. Durante el verano,Betisy Celta firmaroncon Betway; Leganés y Sevilla renovaron con sus respectivos patrocinadores, Betway yMarathon Bet; el Cádiz incorporóa Dafabet; el Málagaañadióa William Hill en la manga de su camiseta,al igualque el Rayo Vallecano. Esta casa ha sido particularmente activa en Segunda División, renovando o accediendo a laPonferradina,Alcorcón,Real Oviedoy Sportingde Gijón. Todos ellos en septiembre.
Sevilla y Valencia, de hecho, conociendo el deseo de Consumo,buscaronnuevospatrocinadoresentre las casas de apuestas para salvar sus presupuestos. Finalmente, el primero sequedócon Marathon Bet, que amenazaba con marcharse, y el segundo con Bwin, pese a sumar patrociniosalternativos.
El dinero. ¿Por qué nadie firmaría un contrato sabiendo que su duración tiene los días contados? Porque las casas de apuestas se han convertido en uno de los pilares económicos tanto del fútbol como del baloncesto. Más de90 millonesprovenientes de sus fondos de patrocinio llenan las arcas de La Liga todos los años. En un momento en el que los clubes españoles están en franca inferioridad financiera frente alos ingleseso alemanes, derechos mediante, es un maná irrenunciable.
En el baloncesto algunas situaciones son aún más dramáticas. Equipos como el Bilbao dependen casi en exclusividad deuna sola casa, RETAbet.
La carencia. Se trata de una transformación financiera que ambos deportes han experimentado en el pasado. Primero tras la limitación y prohibición de la publicidad de bebidas alcohólicas; después, cuando el tabaco desapareció de la esfera públicas. En ambos casos, recuerdan los clubes, las carencias fueronmás largas(de hasta tres años), permitiendo una adaptación gradual. Algo que el decreto de Consumo (un año) no permite ahora.
En esa transición, los clubes tampoco han buscado alternativas, y las renovaciones de este verano son la mejor prueba. Ahora y a un año vista, el fútbol español tiene un problema multimillonario.
Imagen: Marcelo del Pozo