El París del futuro no tendrá coches. Su alcaldesa va a empezar quitando 60.000 aparcamientos
Andrés P. Mohorte
Anne Hidalgo gobernará paíscinco años más. Su impresionante victoria en las pasadas elecciones municipales francesas sirven como lección para miles de alcaldes europeos. Es posible llegar al poder y mantenerlo sobre un programa de reforma urbana radical. La campaña de Hidalgo ha pivotado sobre la transformación de París, la exclusión del coche, la peatonalización y el impulso de la bicicleta. Sobre postulados verdes.
Y ha triunfado. Ahora le toca ponerse manos a la obras.
¿Por dónde empezar?Cuando presentó su ambicioso programa electoral en enero, Hidalgo destacó la remodelación de los grandes bulevares parisinos y la creación de una “ciudad dequince minutos”, en la que cualquier vecino tuviera a menos de un cuarte de hora todos los servicios que pudiera necesitar. Son ideas ambiciosas, pero complejas de ejecutar. Una más discreta y sencilla pasó más desapercibida.
Retirar el 72% de los aparcamientos exteriores.
Cómo. Como ya hiciera Oslo en su día: transformándolos o bien en zonas caminables o bien en carriles bici. El equipo de gobierno de Hidalgo aspira a finiquitar másde 60.000 plazasde aparcamiento al aire libre sobre un total de 83.500. Gran parte del tráfico interno de las ciudades (hastael 30%de los desplazamientos en un momento dado) es de agitación, coches que simplemente buscan un hueco donde estacionar.
También generan un incentivo para poseer un coche sin costear una plaza privada o para acudir al centro de las ciudades en vehículo privado, en lugar de en transporte público. Esto genera externalidades negativas para los vecinos del centro de la ciudad, para beneficio de aquellos de la periferia o de municipios vecinos. Todo esto ha conducido a muchas ciudades (Ámsterdam,Bruselas, Oslo) a declararla guerraal aparcamiento.
Medidas. Los gobiernos municipales tienen muchas herramientas para atajar o modular el problema. Uno de ellos, el más tradicional, había consistido en la creación de zonas de estacionamiento para residentes. Como un estudio (PDF) sobre Barcelona evidenció, esto generó otro problema: al poder aparcar en la calle, la tasa de propiedad de vehículos entre los vecinos aumentó en hasta 3,59 coches más por cada 1.000 habitantes.
Retirada. Lo más fácil y tajante: quitarlos. La punta de lanza de un programa de reformas mucho más integral. Hidalgo desea quetodas las callesde París sean pedaleables, es decir, que cuenten con carriles bici. Tan impresionante reconversión brotará de los aparcamientos de superficie. París aún contará con más de 600.000 domésticos y privados, muchos de ellos subterráneos. Pero al aire libre y públicos, menguarán.
Quince minutos. Su gobierno lleva años batallando contra el vehículo. En 2015institucionalizólos “días sin coche”, y en 2016prohibióparcialmente la circulación en una de las orillas del Sena (posteriormente revocado por lajusticia). Sus planes para un nuevo urbanismo han encontrado fuertes resistencias, de ahí que su victoria en las municipales representen un espaldarazo crucial a la transformación de París. Ahora legitimada.
Entre otras cosas, Hidalgo y su equipoapuestanpor un “urbanismo de proximidad”, donde el coche deja de ser necesario. Tiendas, servicios y ocio muy cerca, y cuando no, accesibles mediante la bicicleta.Más zonasverdes, un transporte público mejor mallado y una apuesta por la economía local. L base ya existe: entre 1999 y 2016 el porcentaje de parisinos con uno en propiedad ha pasado del 44% al 35%.
Ahora tendrán todavía menos incentivos.
Imagen: Kamil Zihnioglu/AP