El riesgo de un segundo brote: qué nos cuentan los casos del SARS, la gripe A y la gripe española

Andrés P. Mohorte

Poco a poco, sin grandes alardes, los países europeos están logrando aplanar la curva de contagios y fallecimientos. La leve mejoría y los calamitosos efectos de mantener cerrada la economía en el largo plazo han motivado que todos los gobiernosanuncieno se planteen levantar sus confinamientos. ¿El fin de la crisis? Es probable que no. Si nos fijamos en lo sucedido en pandemias anteriores, aún tenemos rebrotes por delante.

Tres ejemplos. Recopiladosaquípor@SergioEfe: el SARS, la gripe aviar y la gripe española. Todos los brotes tempranos terminaron. Al cabo de las semanas, cuando las medidas se relajaron o las condiciones ambientales empeoraron, regresaron, en ocasiones con la misma virulencia. Es algo de lo queexpertosycientíficosllevanadvirtiendociertotiempo. Aunque detengamos al Covid ahora, queda mucho por delante.

Algunas gráficas al azar sobre casos de SARS de 2003, gripe de 2009 y gripe de 1918.Me voy a poner más y más pesado con esto conforme pasen las semanas.pic.twitter.com/YHywjXkzUV

A qué nos enfrentamos. Lo desarrollan con más detalle dos investigadores enThe Lancet: un levantamiento temprano de las restricciones podría relanzar la tasa de transmisión (el ya célebrenúmero R0). Partiendo de Hubei,explican: “Relajar las intervenciones (resultando en un R>1) cuando el tamaño de la epidemia es aún pequeño podría incrementar el conteo de casos acumulativos exponencialmente (…) Incluso si medidas agresivas pudieran reducir la prevalencia de la enfermedad”.

O lo que es lo mismo, cuando levantemos la persiana, la segunda ola estará esperando.

Referencias. En 2008, un grupo de científicos canadiensesanalizóqué había sucedido en Toronto durante la epidemia del SARS. Los primeros casos se notificaron en febrero, y la pandemia se dio por controlada y extinguida a principios de mayo. Cuando se relajaron las medidas y las precauciones, el SARS volvió. La enfermedad afectó especialmente a los centros hospitalarios, pero su comportamiento fue indicativo:

Gripe española. La pandemia de 1918-1919 presenta un caso distinto. Al tratarse de una gripe (influenza), estuvo sometida a una enormevariabilidaden función de las temperaturas. El primer brote se transmitió durante la primavera de 1918. Cuando llegó el verano, remitió. Para volver de forma mucho másvirulentay fatal en el otoño e invierno de aquel mismo año, multiplicando el número de muertes.

En algunos puntos de Europa, como Silesia, se registraron rebrotes hastacuatro añosdespués del pico de la pandemia; en Estados Unidos,ciudadescomo Pittsburgh, Denver oSan Franciscolevantaron sus restricciones demasiado pronto, causandonuevosestallidos de gripe.

H1N1. Y por último, un ejemplo más cercano: la gripe A. La primera ola se detectó en la primavera de 2009, y fue especialmente dura en los países asiáticos. Durante el verano remitió. En agosto,la OMSadvertía sobre la posibilidad de futuras oleadas y la necesidad de tomar medidas preventivas.En otoño, los augurios se hacían realidad en Estados Unidos y Europa, con notablesrebrotesfruto del descenso de las temperaturas.

Situación similar vivióTailandia, un caso muy estudiado por la especial incidencia de la pandemia. La segunda ola, en invierno de 2009, fue leve; perola tercera, en la primavera de 2010, un año después del inicio de la epidemia, fue igual de grave que la primera.

Martillo, danza. ¿Hasta qué punto los ejemplos anteriores son comparables al Covid-19? Es difícil saberlo. Su remisión durante los meses más cálidos del año, como sucede con todas las gripes, es aún unahipótesispor demostrar. Pero sí parece claro que cualquier remisión de las restricciones aumentará los riesgos. Es la teoría del “martillo y la danza”: una predicción de largas temporadas de libertad seguidas de confinamientos puntuales.

Hay dos referentes cercanos para el Covid-19:Singapury Japón. Ambos contuvieron el primer brote sin recurrir al confinamiento. Su éxito fue inmediato, pero a largo plazo no han logrado controlar la enfermedad.Hoy afrontanun incremento drástico de los casos. El virus seguía ahí.

Imagen:Science Direct

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