En la era conectada, ¿son nuestros recuerdos los mismos ahora que congelamos todo en una fotografía?
porWebedia Brand Services|27 May, 2020|Móviles
Que amamos preservar recuerdos no es nada nuevo. Peroel smartphone lo ha cambiado todo. Ya no quedan brumas en el recuerdo donde esconder verdades a medias. Vivimos una hiperrealidad documentada. El smartphone de hoy es una especie de tótem tecnológico, un colofón entre cientos de patentes convergiendo sobre el mismo espacio: reproductor de música y vídeo, grabadora, escáner, brújula, afinador y, por supuesto, cámara de fotos.
La fotografía del siglo XXI no puede ser entendida sin esta revolución. Eso sí, hace una década la foto estaba restringida, era el recurso de los momentos especiales. Más allá de la foto artística, el revelado de carrete se hacía tras unas vacaciones, cumpleaños, bodas, etc. Esas instantáneas eran complementos a nuestros recuerdos. Los álbumes se archivaban para volver a ellos ycompletar sus huecos tirando de inventiva o buena memoria.
Nueva Serie K
Hoy son parte del día a día. Raro es el día sin foto, aunque sea a cosas tan baladíes como los ingredientes de una receta, la clave WiFi del router o un selfie estrenando nueva camisa. Y, de ahí, a la expansión memética, al cachondeo. Que le pregunten a quienes necesitan “disparar” cientos de fotos diarias debido a su empleo —home economists, influencers, analistas tecnológicos, etc.—. Todo esto plantea un interrogante:¿qué impacto tiene en nosotros esta constante de ver el mundo a través de una lente?
Memoria y realidad
La generación selfie ya no apunta al horizonte, sino a nuestra propia imagen —y la percepción de la misma—. Sometidos a un juicio de valor constante, ajeno ypropio, retocando al vuelo: ¿cómo afecta tomar una fotografía de todo lo que nos sucede? ¿Creamos los mismos recuerdos o confiamos en que la fotografía hará las veces de memoria?
A priori, estos recuerdos son depeor calidad. Algo que se complementa con elmito de la identidad. Si la nube recuerdapor nosotros, ¿para qué recordar? Y a esto hemos de sumar otro acontecimiento histórico: nuestro confinamiento, trabajar en remoto y la necesidad de enmarcar el hogar como espacio amigable. Los paleontólogos encuentran aquí una especie de «redecoración de la cueva», una asociación educativa:estamos más felices si nuestra realidad se parece a como imaginamosel ideal.
Esto conecta conun estudio clásico: frente a conservar algo de memoria, si guardas algo en tu PC, tiendes a relajarte y olvidar con más facilidad qué era aquello que has guardado. Nuestro smartphone es ahoraun segundo cerebro. Podemos resumir, entonces, que la tecnología cambia la forma en la que usamos nuestra memoria.
Pero no olvidemos una máxima:nuestra memoria es falaz. Casiel 40%de nuestros recuerdos son invenciones de nuestra propia (mala) memoria. Y aún una buena parte de la poblacióncreeque la memoria actúa como una cámara de vídeo, aceptando «la noción freudiana de la represión, que sugiere que cuando sucede algo terrible ese recuerdo es empujado hacia las profundidades del subconsciente».
En resumen: los recuerdos son algonuestro, privado incluso, perono necesariamentealgo real. Lo analógico no es mejor que lo digital. Hay una frase que encapsula y resume todo esto:Pics or it didn’t happen.Una foto o no me lo creo. Hemos bajado la guardia en cuanto a recordar a favor de unagestión más eficaz de la información. O, lo que es lo mismo, este cambio mejora nuestrametacognición.
Mejores fotos, mejores recuerdos
Las fotos nos ayudan a verificar y contrastar hechos. Sí, sabemos lo que estás pensando, también vivimos días de fakes yflagrantes montajesfotográficos. Pero nuestro archivo en la nube, nuestras tarjetas SD llenas de primeros planos a manjares de restaurante o los gifs animados a partir de bailecitos bobos son lo que son: la constatación de nuestra realidad, el día a día.
Es por ello que el mercado del smartphone no puede ni debe dejar de apostar por el mercado fotográfico. Las fotos son el corazón de nuestra comunicación visual y, por tanto, de nuestra socialización.La fotografía es algo ubicuo, ganando peso frente a lo que olemos, saboreamos o sentimos al tacto.
Ahora vayamos con dos certezas. La primera: cuanto mayor es la calidad de detalle en una fotografía más nos ayuda a encajarla dentro de un contexto. Es decir, nos ayuda dentro de un sistema proposicional, evaluando qué es veraz y qué no. Y la segunda:la información que obtenemos de esas fotos nos hace sentir más seguros,protegidos. Aquellas personas que fotografían más son, en último término,más felices.
La mejor cámara no está en el móvil más caro
Eso sí, olvidemos de una vez por todas la eterna falacia. El coste depende de otros muchos factores y la cámara es solo uno de ellos. El ejemplo más claro podemos verlo en la nueva serie K de LG:losLG K41S,LG K51SyLG K61, por 159€, 199€ y 259€,respectivamente. En cambio, si nos fijamos en las especificaciones de esta nueva gama K de LG nos llevamos una buena sorpresa:
ElLG K41S,un terminal con Certificación Militar de Resistencia MIL-STD 810G, sirve como perfecta carta de presentación, al contar con una gran cámara frontal y cuatro cámaras traseras. Una principal de 13MP, un gran angular de 5MP con 115º, modo retrato de 2MP y macro de 2MP. Por delante, unapantalla de 6,55”(16,6cm) HD+ con V Notch, sonido de cineDTS-X 3Dde 7.1 canales, máximo rendimiento conAndroid 9.0 Pie con Dual App, y una batería de4.000 mAh.
Con el siguiente de la serie, elLG K51S, se sube la apuesta: mantiene unaquad camera, pero asciende en todas las especificaciones: la principal se eleva hasta los 32MP y el gran angular de 115º a los 5MP.
Y elLG K61se presenta directamente como el el top de los K con más memoria y cámaras mejoradas, con 4GB de RAM, 128GB de almacenamiento y unaquad cameratrasera compuesta poruna principal de 48MP, con apertura f1 de 79º, gran angular de 8MPcon 118º y apertura f2.2, sumado a dos lentes para modo retrato de 5MPy apertura f2.4 y unamacro de 2MPy apertura f2.4. Podemos grabar a FullHD y 30fps, podemos ejecutar un autofoco en un zoom 4x y podemos aprovechar modos automatizados como Retrato, Flash Jump Cut, YouTube Live, Comida y Macro.
Por 159€, 199€ y 259€, recordar nuestras vivencias nunca ha sido tan económico. De hecho,son precios asociados a la gama de entrada dentro de sistemas de gama superior, perfectos para capturar hasta el mínimo detalle. Teléfonos muy versátiles que, además de apostar por grandes prestaciones para que demos rienda suelta a nuestra creatividad, ofrezcan un buen servicio a través de un dispositivo adaptable a cualquier circunstancia.
Habrá quien piense que estos son «smartphones para adolescentes». Lo son, desde luego, pero también para cualquier otra edad y tipología de usuario. Cuántos hubiésemos querido que este fuese nuestro primer smartphone en nuestra historia digital. Cuántos recuerdos no se hubiesen perdido.
Y que nadie piense que las actuales “generación Z” y posteriores son bobas, que se creen cualquier cosa y pasar tanto tiempo frente al móvil distorsiona sus perspectivas frente a experiencias propias. Tras el ‘caso de Cambridge Analytics’ se fomentó una campaña, ‘Delete Facebook’, dondeuno de cada cuatrousuarios erradicó la app del móvil.
Ya lo apuntabael experto Michael K. Spencer: «la era de la confianza en las redes sociales como vía para mantenerse informado se ha terminado». Y un smartphone que nos ayude a tomar grandes fotos es el mejor aliado no solo para escenificar momentos, también para documentar y rememorar,para construir esos archivos fotográficos que nos erizan el vello recordando días geniales.
Aún hay poca investigación en torno a cómo opera nuestra memoria frente a esta nueva forma, inmediata y voraz, de congelar momentos. Lo que siempre será cierto es que capturándolos tendremos siempreun aval de lo vivido, una buena referencia. Y cuanto mejor sea esa foto en términos de representación de la realidad, de captura y color, exposición y demás aparataje técnico, más vívido conservaremos ese momento.
Imágenes | Unsplash (1,2,3y4), LG