En qué consisten las visas para nómadas digitales que han aprobado Estonia y Croacia

Andrés P. Mohorte

Tradicionalmente, el acceso a cualquier país del mundo estaba regulado bajo estrictos códigos de estancia o residencia permanente. Para la primera bastaba con argüir un interés turístico. Breve, limitado. Para la segunda, se requería un permiso de trabajo. Fijo, estable, ofertado por una empresa nacional. Esto es algo que está cambiando poco a poco, fruto del interés de muchas personas de residir enun lugar concretoal tiempo que trabajar en remoto a través de empresas o clientes extranjeros.

Dos países europeos ya lo han regulado.

Estonia, Croacia. El primero fue el pionero absoluto en materia de ciudadanía y residencia digital, Estonia. Su visa para nómadas digitales entróen vigorel pasado mes de agosto, tras un intenso y detallado trabajo legislativo. Le ha seguido Croacia. Loanuncióayer su primer ministro, Andrej Plenković, tras unaintensa campañaencabezada por un empresario holandés, Jan de Jong, con más de catorce años de residencia en el país a sus espaldas. La fecha de su aprobación es todavía incierta.

¿Qué es?Unnómada digitales una forma un tanto pomposa de referirse a las personas que, contando con un provechoso trabajo en remoto, desean conocer y recorrer el mundo. Su residencia es variable y sus estancias en los países de acogida son a menudo cortas. Por sus características, pueden pasar desde unas pocas semanas hasta varios meses en una ciudad determinada, siempre continuando con su trabajo (ya sea para una empresa determinada o comofreelances).

Son una subcultura moderna, sólo concebible gracias a Internet. Cuentan con suspropios portalespara valorar y evaluar destinos.

La legalidad. Se trata de una figura hasta hace unos pocos años inexistente. Una persona que reside en un país, pero que trabaja virtualmente en otro. Las legislaciones nacionalesno contabancon regulaciones específicas para su situación. En la mayoría de los países residen en un limbo,encadenandovisados turísticos (tres meses máximo, o noventa días a lo largo de seis meses). Tanto Estonia como Croacia, además deBermudas, han dado los primeros pasos para solucionarlo.

¿Cómo?La regulación más detallada y específica, también la única aprobada en Europa, es la estonia. Se puede leer su funcionamientoaquí. Para obtener el visado, los nómadas digitales (en este caso extracomunitarios) deben:

El exigente umbral económico ofrece pistas sobre el interés de los países en desarrollar visas para nómadas digitales. Se trata de una forma de ofrecer espacios cómodos y atractivos para trabajadores altamente cualificados (yricosen comparación al estonio medio, cuyos ingresos medios no superanlos 1.500€al mes). Hay dos permisos, uno de larga duración (hasta un año) y uno de corta. Es un mensaje a losnómadasacaudalados de todo el mundo: venid a Estonia, sois más que bienvenidos.

La lógica. La exigencia salarial también busca desligar de toda externalidad negativa (coste) al estado estonio. El nómada digital debe costearse su propio seguro sanitario. Tampoco cotiza o paga impuestos (IRPF) en Estonia. A grandes rasgos, es un acuerdo entre ambas partes: yo, estado, te permito residir durante un año pese a no desarrollar tu actividad económica aquí; y tú, trabajador, consumes y despliegas tu talento aquí (con algo de suerte).

Diferencias. No es algo que Estonia o Croacia hayan inventado. La Unión Europea cuenta con su propio sistema de visado para los trabajadores altamente cualificados. Se trata de la “Tarjeta Azul”, un permiso especial que los estados habilitan a empleados de especial valor. Los requisitos son distintos: el umbral económico es más bajo (en España,de 33.900€anuales); pero el beneficiario debe contar con educación superior (universitaria) y disponer de un contrato con una empresa local.

No vale para los trabajadores en remoto.

Atraer talento. Cuando la Unión Europea introdujo la Tarjeta Azul, lo hizo con el expreso propósito de atraer talento (y dinero). Estonia y Croacia, dos estados pequeños que dependen de su capital humano, desean convertirse en destinos de especial atractivo para losnómadas digitales. En ambos casos, se trata de una forma de regular la inmigración externa, de marcar quién entra y quién no. Si tienes dinero, trabajas para otro y no tenemos que ocuparnos de ti… Eres bienvenido.

Alemania, República Checa o Portugalcuentancon visas y regulaciones similares para losfreelance, pero en ningún caso son tan ventajosas y sencillas (si cumples los requisitos) como la estonia (y potencialmente croata). Los estadoscompetiránentre ellos por atraerlos. Así que es probable que muchos más sigan el camino de Estonia.

Imagen:Julius Jansson

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