¿Es útil políticamente contraer el coronavirus? Así les fue a Boris Johnson y Jair Bolsonaro
Andrés P. Mohorte
Donald J. Trump, presidente de los Estados Unidos de América, tiene elcoronavirus. La noticia ha sacudido la actualidad mediática del país en un momento crítico, a escasas semanas de que comience la campaña electoral por la presidencia. ¿Qué impacto podría tener la enfermedad en un hombre mayor y de saludprecaria, ya hospitalizado? Su contagio ha dado pie a una cascada dedesinformacióny noticias falsas, como no podía ser de otro modo. ¿Pero qué hay de las elecciones?
Precedentes. Se trata de una pregunta sin respuesta hasta la publicación de las próximas encuestas. Por el momento sólo podemos acudir a los referentes cercanos. TantoBoris Johnsoncomo Jair Bolsonaro, dos líderes políticos con los que Trump comparte afinidad política, padecieron la enfermedad con anterioridad. Johnson también requirió de ingresohospitalario. Bolsonaro, de provecta edad,le siguiódespués.
Reino Unido. Comencemos por Johnson. Al comienzo de la pandemia, a mediados de marzo, su tasa de aprobaciónsegún YouGovse situaba en el 46%. Un mes después se había disparado al 66%. ¿Qué había sucedido entre medio? Entre otras muchas cosas, su positivo por coronavirus. SegúnMorning Consult, un 62% de los británicos aprobaba su gestión el día en que su contagio se hizo público; a los pocos días de su hospitalización, el porcentaje había ascendido al 66% (tambiénen YouGov).
Brasil. Los datos sobre Bolsonaro son algo más confusos. Su aprobaciónoscilóentre el 45% y el 47% durante los días de su ingreso hospitalario y convalecencia, lo que indica un impacto marginal en su imagen pública. A mediados de agosto, su gobierno satisfacíaal 37%de los brasileños, en la tasa de aprobación más alta obtenida por el ejecutivo bajo su presidencia. Como se indicaaquí, hay otros factores a tener en cuenta, como el paquete de ayuda financiera aprobado por el parlamento brasileño.
El matiz. ¿Puede esto favorecer la popularidad de Trump, ahora mismoen un 44%? A corto plazo es plausible. Un anciano enfermo siempre genera más simpatía, por compasión, que un presidente saludable y arrogante. Ahora bien, nada de esto significa que la intención de voto varíe: la de Reino Unido se mantuvoinamovibledurante las semanas posteriores al positivo de Johnson, y la de Brasil oscila de forma casipermanente. Ambos, además, están muy lejos de sus próximos comicios.
Es decir, contraer el virus puede ser útil en términos de popularidad e imagen pública. Pero sólo marginalmente. A nivel electoral su impacto parece irrelevante (aunque debemos esperar a las próximas encuestas para saber si influye en un ambiente pre-electoral).
En casa. FiveThirtyEightha recopiladootros casos de políticos estadounidenses que han dado positivo por coronavirus durante los últimos meses. El caso más interesante es el deKevin Stitt, en Oklahoma, dado que se remonta a varias semanas atrás en el tiempo. Veredicto: su popularidadha caídodel 62% de junio al 56% de septiembre, fruto en gran medida de su gestión de la epidemia en el estado. La política quedaría por encima de las simpatías personales. Malas noticias para Trump, dado que su tasa de aprobación sobre el coronaviruses baja(40%).
Imagen: Bethesda/GTRES