¿Es la renta básica universal una solución a la baja natalidad? En Alaska parece que sí

Andrés P. Mohorte

Los bajos índices de natalidad son un problema común a todas las naciones desarrolladas. De especial apremio en Europa, no son ajenos a Estados Unidos, país que ha disfrutado tradicionalmente de tasas de fertilidad superiores al viejo continente. No obstante, durante los últimos años su crecimiento vegetativo seha ralentizado, y sus ciudadanos han dejado de tener tantos hijos como solían.

¿Hay alguna forma de cambiar una dinámica global y aparentemente inevitable? Viajemos a Alaska.

RBU. El estado cuenta desde 1982 con un programa similar a la renta básica universal. Lo explicamos en su momentoaquí. El gobierno regional gestiona un fondo de inversión derivado de sus ingresos del petróleo, muy abundante. A final de año las autoridades hacen balance, calculan sus beneficios y entregan dividendos a todos sus ciudadanos. En 2019 superaronlos $1.600por persona.

Sin condiciones. Dinero en mano que cada uno puede emplear como desee.

Niños. ¿Cómo afecta la entrega de dinero incondicional a la natalidad de un país o de una región? Es la pregunta que tres investigadores del NBER, el departamento nacional de investigación sobre cuestiones económicas, se hacen eneste trabajo. Su veredicto: el fondo permanente de Alaska habría incrementado la fertilidad en un 13% desde su puesta en marcha. Más dinero igual a más hijos.

Método. Para llegar a esa conclusión, el artículo creauna “Alaska Sintética”. Tomando como referencia los datos combinados de otros estados de similares características a Alaska, los autores son capaces de diseñar una Alaska teórica donde las transferencias anuales no hubieran existido. En comparación, los residentes de Alaska tienen 11 niños más por cada 1.000 habitantes que los de su espejosintético.

En otro modelo, el trabajo compara la evolución de la fertilidad en Alaska desde 1982, año de introducción de los dividendos públicos, con su evolución en otro conjunto de estados. Los resultados son muy parecidos.

Problemas. Hay varios. El principal: la natalidad de Alaska ha descendido durante las últimas tres décadas. En 2018 la tasa de fertilidad del estadocayóa un mínimo histórico, 69 hijos por cada 1.000 mujeres en edad fértil.En 1990la cifra superaba los 86 niños por cada 1.000 mujeres. El reemplazo generacionaltambiénse ha venido abajo: si en 2008 era de 2,4 hijos por mujer, en 2018 era de 1,97.

Durante el último lustro, Alaskaha comenzadoa perder población, fruto de un saldo migratorio negativo. Es decir, los dividendos no están frenando una tendencia asentada en el tiempo y estructural, de múltiples causas. Ahora bien, se trata de un problemaafínal resto del territorio. Alaska sigue teniendo algunas de las mejores cifras de natalidad del país.

Más evidencia. A día de hoy, conocer el impacto de una renta básica universal en un país cualquiera es complejo, en tanto que ninguno hadesarrolladoel proyecto a fondo.Sí sabemosque los subsidios y las transferencias netas de dinero pueden tener cierto efecto en la fertilidad. En Quebec, programas similares al de Alaska, con incentivos económicos muy claros,sí lograronremontar los nacimientos.

Complejo. ¿Por qué los países occidentales están dejando de tener hijos? Las causas son muy complejas. En general, hayuna correlaciónpositiva entre riqueza nacional y natalidada la baja, lo que cuestiona el rol del dinero como un vector de fertilidad. Países como Finlandia,Hungríay Estonia han introducido subsidios muy agresivos para disparar los nacimientos. En algunos casos están resultandoexitosos.

En España, donde los fallecimientosya superana los nacimientos, las mujeresadmitenque permisos más generosos ayudarían a tener más hijos. Su principal barrera para tener hijos son las oportunidades perdidas. Es decir, no tanto el dinero directo como los sacrificios profesionales y laborales a los que, a día de hoy, obliga ser madre. Lo que comúnmenteconocemoscomo “brecha de género”.

Imagen:Christian Bowen

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