Estados Unidos está ardiendo. Así que los influencers han salido a fotografiarse junto a las llamas
Andrés P. Mohorte
Las nuevas tecnologías han jugado un rol determinante enlos disturbiosestadounidenses de las últimas semanas. No sólo por su capacidad para canalizar reivindicaciones, establecer convocatorias y organizar marchas, sino también por su carácter catalizador. Las protestas no existirían si una persona no hubiera grabado desde su teléfono móvilla muerte de George Floydmientras un policía le asfixiaba con su rodilla.
Fue aquel vídeo y su difusión masiva el que espoleó una ola de indignación que aún hoy monopoliza la conversación políticade buena parte del mundo. La grabación representa el punto culminante de un proceso largamente asentado durante los últimos años. Hoy nuestra vida está monopolizada por los teléfonos móviles. Y muy en especial por las imágenes que capturan. Miles de millones de fotografías se toman a diario. Otros tantos miles de millones de vídeos se cuelgan en la red mensualmente.
En esencia, nos estamos contando todos y cada uno de los acontecimientos del mundo a través de la red y en tiempo real. Es un hecho inédito en la historia humana, un catálogo documental incomparable.
Como es natural, la tecnología y el poder comunicativo de las redes sociales tiene usos muy dispares. Puede servirpara censurar o potenciar mensajes. Y puede servir para avanzar nuestra marca personal. Es lo que centenares deinfluencershan pensado al unísono durante los últimos días. ¿Cómo promocionar contenido de marcas, cómo mantenerse a uno mismo en la conversación diaria mientras todo arde a tu alrededor?
Acudiendo a los disturbios con pancartas que recen “Black Lives Matter”, posando frente a comercios saqueados o subiendo fotografías junto a barricadas en llamas. Es un proceso que hemos podido observar en otras protestas.Sucedió el pasado otoño en Barcelona, cuando la sentencia sobre el procés y la condena de los políticos independentistas sacó a miles de jóvenes durante varias noches consecutivas. Los disturbios fueron documentados por periodistas y ciudadanos a diario.
Fueron numerosos losinfluencers, o los meros usuarios frecuentes de Instagram, los que aprovecharon las llamas para tomar fotos espectaculares. ¿Se trataba deuna banalizaciónde la causa manifestante? Sin lugar a dudas. Pero también de un proceso más profundo mediante el que hemos insertado la toma de fotografías o de vídeosen nuestra vida cotidiana. Para muchas personas sacar un móvil durante una experiencia vital no es una forma de desviar su atención. Es la experiencia en sí mismo.
Se trata de un asunto que hemos abordadoen más de una ocasión. El rol de las redes y de los teléfonos móvil no tiene por qué ser sustitutivo de los hechos que estamos viviendo (un concierto, un atardecer, un viaje a rincones fascinantes del planeta). Puede ser complementario. Para nosotros, hombres y mueres del siglo XXI, lo es. ¿Es banal posar frente a una barricada? Generaciones más mayores pueden creerlo. Para los más jóvenes es una forma más de contarse sus protestas.
Naturalmente, la presencia deinfluencersexquisitamente vestidas/os frente a marchas históricas que reclaman derechos fundamentales para minorías raciales es polémico. Durante los últimos días la cuenta@influencersinthewildha recopilado algunos de los casos más pasmosos de comercialización de los disturbios, de turismo de las protestas, de la lógica capitalista (imagen, rentabilidad) llevada al extremo.
Aquí van algunos ejemplos.
Pequeño pase de modelos en plena marcha
El momento exacto en el que cortan una calle
Foto espectacular, terminas arrestado
Muy fit frente a un comercio arrasado
Las barricadas están para posarlas
Si hay fuego hay foto
This is neither the time nor the placepic.twitter.com/EMyXcx3oUB