Este dispositivo sustituye las agujas por un láser para inyectar vacunas bajo la piel y, afortunadamente, cada vez funciona mejor

Javier Jiménez

En poco más de una década, los años que van entre 1844 y 1855, un puñado de médicos europeos se las apañaron para diseñar una tecnología tan revolucionaria como insustituible: la jeringuilla hipodérmica. Desde entonces, hemos visto muchas innovaciones enla que quizás sea la más icónica pareja de la medicina moderna, pero en los sustancial, todo sigue siendo igual: una aguja y un émbolo.

Nada ha conseguido mejorar el sistema de forma sustancial, pero eso no significa que los científicos no sigan intentándolo. Sobre todo, porque en los últimos años han surgido vacunas basadas en ADN mucho más viscosas y difíciles de inyectar por el método tradicional. Entre las alternativas más prometedoras,el mejor ejemplo de estas nuevas tecnologías es el uso del láser para inyectar chorros de líquido debajo de la piel. Sí, habéis leído bien: láser, fármacos e inyecciones intradérmicas en el mismo combo.

Chorros, láser y vacunas

Hasta ahora, este tipo de enfoques se han visto limitados por cosas como el costo, el dolor, los hematomas y la baja eficiencia de los dispositivos. Sin embargo, esto ha empezado a cambiar.Pankaj Rohillay un equipo de la Universidad Tecnológica de Texasllevan tiempo tratando de comprendercómodiseñar un inyector que funcione correctamenteen con líquidos de diferentes densidades y reduzca a cero las molestias para el paciente.

En su último trabajohan usado pieles humanas, de cerdo y de cobaya para probar el inyector: un dispositivoenfoca un rayo láser en un tubo de vidrio relleno de líquido. Una pequeña porción del líquido se calienta rápidamente y genera unchorro a microescala de alta velocidad capaz de perforar la piely depositar el líquido bajo los tejidos.

Y la sorpresa es que los resultados (especialmente en el caso de la absorción del medicamento) son muy buenos.Hay muchas cosas a tener en cuenta, claro. Cosas como la carga aplicada, las propiedades del líquido, la geometría de la boquilla o las variaciones mecánicas de la piel pueden afectar fuertemente al suministro de las inyecciones de chorro.

Sin embargo, ver cómo este tipo de sistemas va avanzando nos hace ser optimistas y pensar quelas limitaciones que teníamos hasta ahora en el mundo de los inyectables están a punto de desdibujarse. Se abre el terreno de juego y eso es una gran noticia.