Estos países fueron “casos de éxito” contra el coronavirus durante 2020, ahora viven su peor ola: qué está pasando en Taiwan, Tailandia, Malasia y Vietnam

Javier Jiménez y Javier Lacort

Taiwan fue uno de los ‘milagros’ de 2020. Pese a estar a escasos 130 kilómetros de la China continental, la isla de 23 millones de habitantes solo tuvo 799 casos de COVID-19 en todo el año. Es decir, mientras el mundo saltaba por los aires, en Taiwan 2020 fue un año de relativa tranquilidad y vida prácticamente normal que lo convirtió enuno de los pocos casos de éxito internacional frente a la enfermedad.

Hoy los casos se han multiplicado por diezy, aunque las cifras siguen muy lejos de los países occidentales, este repunte nos hace preguntarnosqué pasó con el resto de “casos de éxito” del sudeste asiático. Porque no sólo es Taiwan. malasia, Tailandia o VIetnam fueron países con tasas bajísimas de COVID durante 2020 y que ahora sufren olas mucho peores que todo lo anterior.

¿Qué está pasandopara que, un año después y con las vacunas ya en el mercado, estos países empiecen sufrir la pandemia como no la había sufrido hasta ahora? ¿Hay algo que se pueda aprender de todo esto?

¿Volver a la primavera de 2020?

Un año después y con las vacunas ya en el mercado. Eso es lo que más sorpresa genera cuando vemos las gráficas de evolución de la epidemia en estos cuatro países del sudeste asiático. Sobre todo, porquehan sido casos muy estudiados: la constatación de que con un sistema potente de salud pública y estrategias proactivas de testeo, trazado y cuarentena se podía contener el virus. Incluso enpaíses con rentas bajas y en desarrollo. ¿Cómo es posible que un año después y, mientras que las vacunas ya circulan por medio mundo, la pandemia siga viva – y más fuerte que nunca – en estos países?

Una cuestión de probabilidades. Hace más de un año, el Centro Nacional de Microbiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III,realizó un estudio genéticopara entender cómo se había transmitido el virus en España. Sus conclusiones fueron que no solo había transmisión comunitaria en la península alrededor del 14 de febrero de 2020, sino queel virus había llegado al país por hasta 15 vías diferentes.

Seguramente, fueron más porque el estudio del CNB se basaba en una muestra muy pequeña de genomas, pero nos da una imagen muy interesante de lo que los sistemas de salud pública en los países del sureste asiático tuvieron que cribar. Salvo en lugares cerrados al exterior, las oportunidades de que un virus tan dado a los eventos de supercontagio generara un repuntehan sido muchísimas. Era, visto con perspectiva, una cuestión de tiempo.

Zero COVID, Zero inmunidad natural: Este (y no otro) es el gran problema al que se enfrentan estas sociedades: que al no haber estado expuestas al virus, no hay ninguna inmunidad natural. Las incidencias son aún bajas y, parece que los sistemas de salud pública, podrán frenar la tendencia; pero en cualquier momento, si la situación se descontrola, podrían vivir una situación parecida a la del resto de países en la primavera del año pasado.

¿Y la vacuna?Sobre todo, porque los niveles de vacunación son muy bajos. De Tailandia no hay datos, Vietnam no llega ni al 0,1% y Malasia se encuentra ahora mismo en torno al 3,4%. Para tener una cifra con la que comparar: Singapur roza el 30%. En este sentido, el bajo nivel de vacunación de Taiwan es especial porque, según denunció hace unos días el Gobierno de la isla,hay problemas diplomáticosque estarían retrasando la llegada de vacunas.

La tormenta perfecta: Con lasnuevas variantes, la falta de inmunidad natural y la escasez de vacunas; más aún, con la “fatiga pandémica” de una población que sigue protegiéndose de un coronavirus que no han visto más que en los telediarios y la falsa sensación de seguridad que ha generado el éxito de 2020, el virus tiene opciones para hacerse fuerte. Esa es la verdadera lección que nos dan estos países: que,hasta que la pandemia no se acabe en todo el mundo(y posiblemente mucho después), habrá que estar preparados.

Imagen| Lisanto