La batalla por la verificación de noticias: por qué Vox quiere “prohibir” el fact-checking
Andrés P. Mohorte
El grupo parlamentario de Vox hapresentadouna proposición de ley para regular, limitar y prohibir la verificación de determinadas informaciones en redes sociales. Se trata del punto culminante de una larga batalla iniciada por la formación de Santiago Abascal tiempo atrás. De recabar los suficientes apoyos, la ley pondría severas trabas al trabajo de algunos medios especializados en verificar bulos.
Qué plantea. Según Vox, las redes sociales han externalizado la verificación de noticias a medios de comunicación con intereses “partidistas” y “sediciente pretensión”. En esencia, impugna la labor de cabecerascomo Malditao Newtral al entrever una motivación ideológica en su trabajo. Tambiénla de EFE, involucrada parcialmente en el proyecto de Facebook, y por extensión, según ellos, el propio gobierno. Es el atajo que toman para declarar lo siguiente:
Solución. Como hemos visto enotras ocasiones, esto es falso. El gobierno no verifica las noticia ni las censura. Tampoco los verificadores oficiales que en el mejor de los casos (Facebook), funcionan como herramientas de consultoría. La decisión última de vetar contenidos siempre corresponde a las plataformas, entidades privadas sobre las que, a este respecto, no opera regulación alguna. De ahí que Vox desee:
Qué implica. En esencia, Vox quiere que todos los verificadores se declaren incompetentes (porque nadie está libre de ataduras ideológicas) o que… Reconozcan un vínculo “partidista o partidario”, y que por tanto su trabajo quede automáticamente deslegitimado. También imponer severastrabasa varias libertades consagradas en la Constitución, como son la de expresión o prensa. Y por último, proteger lasopiniones: no son hechos,no sonverificables, deben tener protección legal.
En esencia, Vox reclama poder opinar lo que d, esto es falso. El gobierno no verifica las noticias ni las censura. Tampoco los medios de comunicación, que en el mejor de los casos (Facebook), funcionan como herramientas de consultaría. La decisión última de vetar contenidos siempre corresponde a las redes sociales, entidades privadas sobre las que, a este respecto, no opera regulación alguna. De ahí que Vox desee:s
El contexto. ¿Qué está pasando? Que hay una batalla abierta por laverificación de noticias. Una en la que no sólo participa Vox. El gobierno tambiénha sidomuy vocal en la regulación de bulos, planteando cambios legislativos que castigarían penalmente a “aquellos que contaminan la opinión pública”. Y al igual que Vox, Unidas Podemos ha sido extremadamentecríticayagresivacontra los medios de comunicación que han publicado noticias u opiniones en su contra.
Antecedentes. Vox ha llevado la batalla un paso más allá, aunque su viabilidad parlamentaria es baja. Con anterioridad, el partido ya acusó a WhatsApp de censurar sus “mensajes” mediante el límite de reenvíos, algoincorrectoa todos los niveles. Tambiéncargócontra Facebook y Maldita cuando una publicación de Abascal, falsa, fue acompañada de un pequeño mensaje advirtiendo sobre la naturaleza fraudulenta del contenido.
No se trata de una dinámica exclusiva de España. Estados Unidos atraviesa un debate muy similar a cuenta de Facebook, uno que ha levantado suspicacias aambos lados. Es el último coletazo de unas redes sociales cuyo rol ha transmutado de “empresa privada” a auténtico foro público.
Imagen: Daniel González/GTRES