La Estación Espacial Internacional recibe sus primeras neveras espaciales: con ellas esperan mejorar la dieta de los astronautas
Anna Martí
Las mismacarrera espacialha propiciado que la comida de astronautas evolucione, pero aun así sigue basándose en la rehidratación de alimentos y no es, digamos,bocato di cardinale. Pero mientras hay investigadores viendocomo llevar a una posible dieta marciana los macarrones con queso, otros han inventado unanevera espacialque obtuvo el visto bueno de la mismísima NASA y ya forma parte del equipamiento deEstación Espacial Internacional(ISS).
Se trata de un proyecto de un grupo de investigadores deBioServe Space Technologies(en la Universidad de Colorado), capitaneado por Tobias Niederwieser, buscando crear el frigorífico perfecto para la ISS. Allí arriba los requisitos a cumplir no son pocos, empezando porel poco espacio disponibley siguiendo con la temperatura y el resto decondiciones que por seguridad ha de cumplirel dispositivo, per parece que FRIDGE aprueba el examen.
Un 2x1 con las dimensiones de un microondas
No, lo de las mayúsculas no es un error. Es que si algo es conocido a nivel internacional de la cultura estadounidense es su grandiosa habilidad para las siglas, y lasdel proyecto de Niederwieser y su equiposon convenientemente ésas:Freezer Refrigerator Incubator Device for Galley and Experimentation, es decir,FRIDGE(“nevera” en inglés).
Si pensamos en nuestro frigorífico, tenga los años que tenga, quizás podamos identificar los impedimentos que presentaría a la hora de encajar en la vida en microgravedad. El primero es evidente y ya lo hemos comentado antes:el volumen. Y posiblemente caigamos en que ese calor que a veces notamos en alguna de sus paredes no sería adecuado allá arriba.
Lo que han logrado con FRIDGE es que tengael tamaño aproximado de un microondasy que no contenga ventiladores ni partes rotatorias. Además, pensando ya en su instalación en la ISS, para disipar el calor que provoca su funcionamiento se puede conectar al sistema de refrigeración de la estación, de modo que mantenga una temperatura conveniente.
Además, FRIDGE en teoría va a resistir tanto elalto nivel de radiación en el espaciocomo el poderoso zarandeo que se sucede en fases como la del lanzamiento. Su temperatura interna se puede establecer entre -15 y 48 grados centígrados, aprovechando que FRIDGE es una especie deremakede unas incubadoras que ya tenía BioServe (SABL) y haciendo así que los astronautas tengan un 2x1 (nevera e incubadora).
La idea gustó a la NASA, tanto queencargó un total de ocho unidades, aunque no todas serán para comida. Dos de ellas sí se emplearán para alimentos (ya están de camino con comida fresca terrestre y con hueco para los que se generan enel huerto hidropónicode la estación) y el resto se usarán como incubadoras de experimentos.
Niederwieser y sus colegas esperan que su invento sirva paraampliar las posibilidades dietéticas de los astronautas(y sobre todo su palatabilidad) y que éstas vayan más allá de la rehidratación. Lo que no conocemos es el coste, el cual tratándose de unremakequizás no llegue alos 23 millones de dólares del inodoro espacial.
Imagen | [https://www.colorado.edu/aerospace/2020/04/23/new-fridge-could-bring-real-ice-cream-space](BioServe Space Technologies)