La gente tiene miedo de entrar a un baño público. Así que está comprando urinarios portátiles

Andrés P. Mohorte

Si los acontecimientos de este año hubieran sido narrados en una serie de televisión haría tiempo que criticaríamos la falta de recursos de los guionistas, abocados a acontecimientos cada vez más absurdos e improbables. Pero no. 2020 es real. Y la siguiente gran tendencia que amenaza con tomarnos a todos son los urinarios portátiles, pequeños artilugios que nos privarán de regresar a un baño público.

Las compras.Según relataProfitero, una compañía dedicada al análisis del comercio digital, las búsquedas de bolsas-urinarios de usar y tirar aumentaron hasta cinco veces entre el 2 de mayo y el 6 de junio. Un término en particular, “Travel John disposable urinal bags”, causó sensación entre los consumidores de Amazon.Travel Johnes una de las firmas especializadas en la materia más reconocibles.

Confesiones. Según Irvine, la compañía que produce tan singulares aparatos, la demandaha crecidode forma “drástica”. La fiebre por los retretes portátiles llega a tal punto que han tenido que “pausar temporalmente nuestras campañas en redes sociales”, a un tiempo que multiplicando la producción. Sí les dio para incluir un anuncio en la revista de la NASCAR. También aspiran a publicitarse en televisión.

La lógica. ¿Qué está pasando? Dos fenómenos paralelos. Por un lado, se acerca el verano. Buscamos sitios más concurridos, socializamos más, nos desplazamos a lo largo del país. Por otro, unadesescaladagradual y repleta deprecauciones. Uno más uno igual a dos. Los espacios cerrados y poco ventilados, proclives al contacto, como los baños públicos, son espacios a evitar de forma casiintuitiva.

Pero nuestras necesidades humanas siguen ahí. Y es en ese hueco de mercado donde se han colado los urinarios móviles.

Funcionamiento. Es simple. Las bolsas contienen una serie de productos químicos que transforman la orina en un material sólido e inodoro. Una vez completado el proceso, es tan sencillo como depositar el material en una basura cualquiera. No es ninguna revolución tecnológica. Lleva en el mercadomuchos años, y se diseñaron originalmente para montañeros (el Everestda fe de que la humanidad los necesita). También han resultado popularesen festivalesde música, de forma lógica.

Fiebres. Lo que quizá nadie podría esperar es que se popularizaran entre el resto de la población porque nos fuera a dar miedo entrar en espacios de dudosa calidad higiénica, como los baños públicos. Tampoco podríamos haber previsto el pánico a quedarnossin papelhigiénico, la fiebre por lalevadurala locura por las piscinashinchablesotantas,tantasotras cosas y patrones de consumo que nos está regalando 2020.

Pero aquí estamos. En un momento de la historia en el que mear en mochilas portátiles es tendencia.

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