¿La reacción al feminismo? Nueve de cada diez personas aún tiene sesgos contra las mujeres
Andrés P. Mohorte
A las puertas del Día Internacional de la Mujer, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrolloha publicadoun exhaustivo informe sobre el estado de la desigualdad de género en el mundo. Un aspecto llama poderosamente la atención del trabajo: más allá de los avances en materia de igualdad, los sesgos y los prejuicios contra las mujeres persisten. Nueve de cada diez personas en el mundo los mantienen.
¿Por qué?El estudio (PDF) abarca una variedad de encuestas provenientes de 75 países del mundo. Pese a que los datos están algo desactualizados (2016 en algunos casos) el cuadro es consistente: el 91% de los hombres y el 86% de las mujeres siguen teniendo algún tipo de sesgo discriminatorio, ya sea político, educacional, o económico, hacia las mujeres.
¿De qué tipo?El 50% considera que los hombres están más capacitados para liderar políticamente a sus países, y el 40%, incluyendo hombres y mujeres, cree que toma mejores decisiones económicas. Habiendo una gran disparidad de respuestas entre los países, choca que el 30% del total siga considerando hasta cierto punto aceptable (en una escala del 1 al 10, todas las respuestas por encima del 2) pegar a su mujer.
Distinciones. Tanto hombres como mujeres muestran sesgos, pero difieren en su forma. Los hombres (el 63%) se consideran en mayor proporción más capacitados para dirigir y ordenar, y muestran en mayor grado (el 52%) entre dos y cuatro formas distintas de prejuicios. Las mujeres estánmenos sesgadashacia sí mismas, pero el 50% de ellas sigue colocando a los hombres por encima de ellas en la arena política.
Qué sucede.Dos cosas. Por un lado, que los derechos de las mujeres han avanzado durante las tres últimas décadas, pero también que se han estancado notablemente en los últimos años. Y por otro, que ese avance ha sido recibido con escepticismo cuando no agresividad por algunas partes de la población. Cuestión que el trabajo identifica y mide:
La reacción. En la resistencia de los sesgos hay mucho de tradición y norma cultural (determinados roles sociales y trabajos considerados femeninos o masculinos), ¿y también de reacción al movimiento feminista? Es una ideatan viejacomo el feminismo. Las políticas de género buscan neutralizar o modular las tradiciones y las normas sociales establecidas. Cambios que, de un modo casi natural, son percibidos de forma negativa.
En palabras de los autores:
Comoexplica aquíuna psicóloga, hasta hace poco la palabra “feminismo” tenía connotaciones negativas entre muchas mujeres. Los procesos de cambio jamás están exentos de resistencia.La experienciadice que, en el largo plazo, terminan siendoaceptadoscomo la nueva norma social.
Imagen: Carlos Tischler/AP