Más de 350 empleados desafían a Amazon y apoyan a quienes criticaron sus prácticas en el ámbito del cambio climático
Javier Pastor
Un grupo de trabajadores han formado un pequeño consorcio llamado “Climate Justice” para mostrar su preocupación por laspolíticas de Amazon en materia de cambio climáticoy por sus acuerdos con empresas petroleras.
Ese grupopublicóun artículo para expresar su opinión al respecto, pero al hacerlodesafiaban la normativa interna de la empresaque indica que no se pueden hacer comentarios públicos de este tipo sin justificación corporativa o aprobación de los directivos.
Un sorprendente activismo de ingenieros y programadores
Un empleado llamado Scott Ogle indicaba que “aunque la empresa ha anunciado públicamente medidas para reducir las emisiones y el impacto [climático] en los próximos años, eso no concuerda con su soporte continuo de la industria del petróleo y el gas ysus esfuerzos para silenciar a los empleados que hablan de ello”.
Esas declaraciones tratan de mostrar el apoyo a quienes han criticado esas políticas y se han vistoamenazados por violar esos acuerdos internos. Como comentaba Ogle, en septiembre de 2019 Amazon y Global Optimism anunciaronThe Climate Pledgecon el objetivo de cumplir con el Acuerdo de París 10 años antes de lo pactado.
Drew Herdener, portavoz de Amazon, explicaba que “mientras que todos los empleados son bienvenidos a participar de forma constructiva con cualquiera de los equipos dentro de Amazon que trabajan en temas de sostenibilidad”, su política de comunicaciones externa es clara y “no permitirá que los empleadosmenosprecien o tergiversen públicamente la empresao el duro trabajo de sus colegas que están desarrollando soluciones a estos duros problemas”.
Las protestas son similares a las que ya realizaron trabajadores de Google el mes de septiembre pasado en su empresa o las que empleados de Microsoft también efectuaron como protesta ante la amenaza a la privacidad queplantean los sistemas de reconocimiento facial.
Este tipo de activismo es distinto a lo que habíamos visto antes. Expertos como Margaret O’Mara, autora de “The Code: Silicon Valley and the Remaking of America” explicaba cómo este tipo de acciones colectivases muy raro entre programadores e ingenierosde empresas tecnológicas.
Es desde luego muy distinta a otras protestas anteriores e internas que vivió Amazon. Durante parte de 2018 varios colectivos plantearon un debate interno importante -yvarias huelgas notablesque se produjeronen varios paísescon anterioridad- al poner en duda las exigencias por ejemplo en los centros de distribución.
Entre los medios que han cubierto las protestasestá The Washington Post, que paradójicamentees propiedad de Jeff Bezos, fundador de Amazon.