Mientras Alemania, Francia y Austria ya han tomado medidas contra las mascarillas de tela, España lo descarta de momento: qué sabemos y qué podemos hacer

Javier Jiménez

La irrupción de nuevas variantes del coronavirusylos efectos de la tercera olaestán poniendo contra las cuerdas a muchos países de nuestro entornoy les está obligando a tomar medidas más estrictas. Austriahizo obligatorio el uso de mascarillas FFP2en supermercados y transporte público en 26 de diciembre junto a otro paquete de medidas como ampliar la distancia de seguridad o reforzar el teletrabajo en todo el país.

Pero ha sido con Alemania ysu prohibición de las mascarillas higiénicas(mascarillas caseras, de tela o no profesionales) en espacios públicos, primero; ycon las recomendaciones de Francia en el mismo sentidopara ayudar a frenarla expansión de las variantes británica y suafricana, más tarde, quelas dudas e incertidumbres en torno a las mascarillas ha vuelto al debate público.

Sobre todo, porque ayer mismo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias,aseguraba que las previsiones que manejanapuntan a que, pese a que en la actualdiad la “cepa británica” representa solo un 5% de las infecciones del país,“a medidos de marzo” podría ser dominante en España con entre un 40 ó 50% de los casos. ¿Debemos de abandonar las mascarillas higiénicas?

¿Qué sabemos de las nuevas cepas?

Cuando justo antes de Navidad, el primer ministro de Reino Unidoanuncióque habían identificadouna nueva “variante” del coronavirus SARS-CoV-2 mucho más contagiosa de lo esperado, Europa se puso patas arriba. Casi al mismo tiempo una variante (también, en apariencia, más contagiosa de la variante estándar), fue identificada en Sudáfrica. Pocas semanas después,Japón encontraba una nueva variante proveniente de Brasil.

No era una sorpresay, de hecho, los expertosvenían avisandodesde hace meses quelas nuevas variantes no iban a dejar de aparecery que los sistemas de vigilancia epidemiológica debían estar preparados. Fundamentalmente, porque ya habíamos vistolos efectos de la aparición de una nueva mutaciónen el brote que sorprendió al norte de Italia a finales de febrero de 2020.

Es cierto que durante semanas el funcionamiento exacto de las nuevas variantes ha sido una gran incógnita y, pese a las medidas iniciales de los países europeos,nadie estaba seguro de si el crecimiento de la nueva cepase debía a que, efectivamente, era más contagiosa o era un espejismo furto del arranque de la tercera ola en Reino Unido. Estos días, pese a no tener aún datos precisos, la hipótesis de que la “cepa británica” va a convertirse en la principal variante de toda Europa ha ganado peso. Yeso tiene consecuencias.

La consecuencia principal es que, si la variante de verdad tiene mayor transmisibilidad, las estrategias que usábamos hasta ahora van a funcionar peor: van a reportar peores cifras de contagios, hospitalizados y fallecidos. Es decir, quepara mantener los mismos resultados hay que hacer más estrictas y eficaces las medidas en vigor.

¿Qué papel tienen las mascarillas en esto?

Durante estos meses de pandemia hemos hablado mucho sobre mascarillas y, en general, podemos decir quehay tres tipos de mascarillas de uso generalizado:

Lo que están haciendo los países europeos con la prohibición de las mascarillas higiénicas en supermercados, medios de transporte y otros espacios públicos eselevar el nivel de eficacia de las mascarillas. En la última rueda de prensa, Fernando Simóndescartó que en España fuera necesario aplicar este tipo de medidas por el momento(salvo quizás en “casos concretos”). Pero lo cierto es que, si las previsiones que el mismo Ministerio maneja van cumpliéndose, la recomendación de FFP2 probablemente terminará por extenderse a nuestro país.

Aunque es cierto que las mascarillas son solo una pieza más en las estrategias de control de la pandemia, no hay que olvidar que,según los datos epidemiológicos del Ministerio de Sanidad, desconocemos el origen de en torno a un 60% de los casos que se diagnostica en el país. Así, con este velo de ignorancia ysin hacer lecturas apresuradas de las modas pandémicas,tomar precauciones extra a nivel individual parece de nuevo la opción más prudente.