Muertes notificadas no es igual a muertes registradas: un año después seguimos confundidos

Andrés P. Mohorte

¿Cuántas personas fallecieron durante las últimas veinticuatro horas a causa del coronavirus? Ha sido la pregunta más importante que España se ha hecho cada mañana durante los últimos doce meses. El cómputo global es sencillamente trágico: el INE estima un exceso de mortalidad superiora las 80.000 muertessobre la media de los últimos años. No todas ellas son atribuibles al covid. Pero la gran mayoría, probablemente, sí. De ahí que conocer el número de decesos diarios sea tan importante.

Sucede que la respuesta nos sigue confundiendo.

La polémica. Se remonta al pasado viernes, cuando el Ministerio de Sanidad declaró 6.654 nuevos contagios y637 nuevosfallecimientos. Se trataba de una cifra mareante, inédita desde el pico dela primera ola, a mediados de abril. Automáticamente miles de comentaristas y periodistas mostraron su tristeza e incredulidad en las redes sociales. “637 fallecidos. 637 familias rotas. ¿De verdad hay gente haciendo planes para Semana Santa?",escribíaCarme Chaparro, periodista y escritora con 150.000 seguidores en Twitter. No fuela única.

Los datos. ¿Habían muerto 637 españoles el día anterior, jueves 4 de marzo de 2021? La respuesta es no. El Ministerio de Sanidad no comunica datos de muertesdeclaradaspor coronavirus en las últimas 24 horas, sino muertesnotificadaspor coronavirus. Es un matiz importante porque induce a la confusión.Hay un desfasetanto en las notificaciones hospitalarias como en los registros, lo que provoca ajustes continuos en el número de muertos totales. Cuando Sanidad emite una cifra no representa un cuadro preciso y en tiempo real de la epidemia.

La realidad. ¿Cuántas personas murieron aquel día por coronavirus? 169, un dato que apuntala la tendencia decreciente (PDF) de la enfermedad tras el pico de la tercera ola. ¿De dónde sale la cifra de 637? De los 468 fallecidos notificadoscon retrasopor Cataluña aquel día. Lo que reflejan los “637 muertos” es un pasado esparcido a lo largo de meses, no el estado de la mortandad hoy. Tal es el desfase que durante los catorce días previos Sanidad estaba declarandounos 288 muertosdiarios.

De un viernes a otro, España registró un repuntede 308 muertos. Es un dato impactante. Pero no es un dato útil para entender la evolución de la pademia,

¿A qué se debe?A una panoplia de motivos. Algunos son estructurales e inevitables: como vimos en su momento, el INEsigue actualizandola cifra de fallecidos de un curso concreto años después, cuestión poco relevante en el día a día de nuestra actualidad informativa que ha generado enormes confusiones en tiempos de pandemia. Otros son metodológicos: ministerio y consejerías autonómicasno cuentanlos fallecidos del mismo modo, desplegando criterios cambiantes. Cataluña, por ejemplo, incluye “casos compatibles sin una prueba diagnóstica positiva”.

Sanidad no está a favor de ese criterio. Resultado: mientras el gobierno catalán computa unos 20.000 fallecidos en su territorio por coronavirus, el ejecutivo central reduce la cifra a unos 9.000. Este es un problema político que todas las administraciones han arrastrado desde el primer día de la crisis. Un año después, sigue sin solución.

La confusión. El último factor es el propio criterio cambiante del ministerio, por razones justificadas o no. Su contabilidad ha variado desde la desescalada de la primavera. La necesidad de incorporar fallecidos notificados con retraso a los archivos, por ejemplo, ha roto las series en varias ocasiones. El episodio más célebrellegó en junio, cuando Pedro Sánchez presumió de “cero fallecidos” por primera vez desde marzo. Era una cifra, de nuevo, irreal, porque omitía a los fallecidos contabilizados pero notificados en días distintos a la fecha del deceso.

No es algo exclusivo de España, aunque sea uno de los ejemplos más llamativos. A lo largo de Europa la diferencia de criterios ha llevado a comparaciones,a veces injustas; y todos los paísescuentan menos muertosque los registrados oficialmente sobre la media histórica a lo largo de 2020. Doce meses después la administración sigue comunicando regular las cifras de la epidemia; doce meses después el ciudadano de a pie sigue confundido por la diferencia entre “notificados” y “registrados”.

Imagen: Sergio R Moreno/GTRES

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