“Necesitan nutrientes, no carne”: la batalla por alimentar con comida vegana a perros y gatos

Andrés P. Mohorte

¿Pasa el futuro de la humanidad por el veganismo?Algunos datosasí parecen apuntarlo. Desatados del campo y pacificadas nuestras costumbres, los humanos del capitalismo tardío interpretamos en los animales algo más que un mero instrumento. Para muchos, cada vez más, comerlos no es una opción. Por una variedad de motivos. Llegue a ser alguna vez hegemónico o no su ascendencia esinnegable. Y lo es incluso en los rincones más inesperados de nuestra convivencia diaria.

Como las mascotas.

La pelea. Como vimoshace algunos años, algunos dueños veganos están interesados en trasladar sus elecciones nutricionales a sus mascotas. Es un debate peliagudo porque nuestros condicionantes morales son inexistentes cuando hablamos de perros y gatos. También porque, en el caso de los segundos, su dieta es carnívora al requerir una serie de nutrientes sólo hallables en la carne. Cualquier transición hacia una dieta vegana, ya hablemos de un perro o un gato, requeriráuna medición precisa(y una aconsejable visita al veterinario).

De actualidad. Hace algunas semanasuna historiase viralizó en las redes sociales británicas: según una ley de bienestar animal promulgada en 2006, las dietas veganas para mascotas podrían acarrear sanciones de hasta £20.000. Muy replicada por los medios sensacionalistas, la noticia respondía a la creciente tendencia de perros y gatosveganos. En rigor, la ley no hacía referencia a dietas “plant-based” sino al correcto cuidado del animal. Uno que, según la Asociación de Veterinarios Británica,no pasabapor una alimentación vegana.

¿Discutible?El asunto tiene miga. En junio de este año, Andrew Kinght, veterinario y profesor en la Universidad de Winchester, publicabauna investigaciónen el que analizaba el grado de “apetencia” de más de 3.000 mascotas frente a un pienso carnívoro y otro vegano. No encontró grandes cambios en su comportamiento. Los animales se mostraban igual de entusiastas frente a uno y otro, lo que relativizaría el supuesto maltrato en base a la ley de 2006.Kinght considerabaque las dietasplant-basedno suponían ninguna carencia (debidamente diseñadas):

El meollo. Para el caso de los gatos, la mascota más delicada, los nutrientes de la discordia son tres: la taurina, el el ácido eicosatetraenoico y las vitraminas A y B12. En la naturaleza sólo pueden hallarlos en otros animales, lo que les convierte en carnívoros. Sí pueden comer vegetales, pero de formacomplementaria; aunque les hemos adiestrado durante siglos para ingerir alimentosajenosa su dieta tradicional, como el atún. Hay muchos fabricantes,como Omni, que presumen de haber incorporados dichos nutrientes en sus piensos veganos.

Los perros son mássencillos. No sólo son omnívoros sino que están 100% domesticados y llevan milenios comiéndose nuestros restos. Hay discordia entreasociaciones,protectorasycientíficossobre el grado de adaptabilidad de las dietas veganas a los animales. Y en cualquier caso, conviene siempre recurrir a productos que hayan pasado los pertinentes ensayos científicos yadaptarsea las necesidades y gustos de tu animal.

Creciente. Se resuelva como se resuelva la batalla, la polémica ilustra una tendencia: conforme más y más personas se hacen veganas, también desean que sus animales lo sean. En Reino Unido el 34% de los dueñostiene interésen alimentosplant-based, ya sea por motivos morales o porque consideran que son más saludables. Esto casa bien con a) nuestracreciente concienciamedioambiental y los riesgos asociados a la producción de carne y b) elprogresivo ascensode las mascotas a un escalafón familiar más alto, merecedoras de nuestros mismos cuidados yprivilegios.

Imagen:Felice Wölke

Newsletter de Xataka