“Nos han vendido”: en el adiós de Trump, las teorías de QAnon se han vuelto más dementes que nunca
Andrés P. Mohorte
Mucho antes de que se transformara en unaorganización violentadedicada aderrocar al gobiernode los Estados Unidos, QAnon fue una teoría de Internet. Y como tal, una hilarante colección de ocurrencias lindantes en lo demente. Sus seguidores se han alimentado durante años de una paranoia avivada por el hoy ex-presidente del país, Donald J. Trump. Como buenos conspiranoicos, las aparienciasengañaban. Entre bambalinas, Trumptenía un plan. En algún momento lo revelaría.
Consumado su abandono de la Casa Blanca, ese momento parece haber pasado para siempre. O no, según QAnon.
La traca final. Mediada la tarde, cuando Trump ya reposaba plácidamente en Mar-a-Lago, su residencia en Florida, sus más irredentos seguidoresauguraban un golpede efecto inminente. En uno de los muchos foros empleados por los conspiracionistas para divagar sobre lo divino, lo humano y la red de políticos y empresariosobsesionados con esclavizarsexualmente a niños de todo el mundo, podíamos leer: “La Tormenta golpea en 45 minutos. ¡Victoria al fin!”. Su teoría dice así:
Tal es el nivel de abstracción y pérdida de contacto con la realidad de la comunidad QAnon que la mayor parte de respuestas no versaban sobre el carácter inverosímil de la teoría ni sobre la galopante ausencia de pruebas que la sostuvieran. No, la cuestión, más bien, era qué pensaríamos el resto de los mortales cuando Trump descubriera todas sus cartas, la operación fuera un éxito y todo volviera a ser tal y como debería haber sido desde el principio. Tal ycomo QAnon predijohace ya muchos años.
QAnon believers are convinced the arrests about to start right now, with Biden maybe in on the plan himself. The main question they’re grappling with is how regular people will cope with QAnon being proven right.pic.twitter.com/TZq8vMeOQP
La realidad. Sucede que a esta hora del día nada de lo pronosticado se ha hecho realidad. Si los miles de conspiracionistas de QAnon eran un tren y las elecciones del pasado mes de noviembre un muro, lo que ha mediado entreaquella nochey la inauguración de Biden ha sido una carrera hacia ninguna parte. O más bien, hacia un dolorosísimo golpe contra la realidad. A los pocos minutos de que se publicaran las últimas teorías sobre El Plan, centenares de seguidores de Trumpse mostraban perplejos.
“Quiero vomitar”, expresa uno un minuto después de que Joe Biden sea investido formalmente como presidente. “Nos ha vendido, es hora de la revolución”, plantea otro. “Trump nos mintió y nos falló. Es así de simple”, sugiere un usuario más resentido. “Q nos ha mentido y ahora tenemos que averiguar cómo pasar página”, plantea una voz más razonable. La catarata de lamentos es infinita: “Triste y confundido”; “¿qué ha pasado, por qué no ha funcionado el plan?"; “me siento estúpido”.
El final del camino. Desde la caída de Parler, la red social que sirvió de plataforma organizativa para los asaltantes del Capitolio, la comunidad QAnon habíaquedado huérfanade espacios de socialización (radicalización)públicos. Este reportaje de NBC revela cómo, desde entonces, sus miembros se han atomizado en pequeños foros. Es allí donde han verbalizado su perplejidad y ansiedad por la inminente llegadadel plan, el gran desenmascaramientode la élite que QAnon lleva pronosticando desde el primer día. Uno en el que Trumptendría un rolclave.
El peligro. Lo que antaño fue una excéntrica teoría de la conspiración se convirtió hace dos semanas en un intento de golpe a las instituciones democráticas. En consecuencia, tanto los servicios de inteligencia como el FBI habían alertado de posiblesacciones violentasdurante la inauguración de Biden. De ahí que el ejército desplegara a másde 20.000 soldadosen el centro de Washington, convertido durante los últimos días en una “zona verde” donde el acceso estaba severamente restringido.
En última instancia no ha pasado nada. Ni durante los días previos ni hoy, en la investidura. Trump ni siquiera ha ejecutadoel mitinde despedida durante el discurso de Biden, a modo de contraprogramación.
¿Y ahora qué?Para un movimiento tan obsesionado con la existencia de Un Plan y de Un Día en el que se ejecutará de forma maestra, acaso reminiscencia del profundo poso cristiano de sus seguidores, la inexistencia de ambos sólo puede generar una profunda decepción. O resentimiento. Darse de bruces con la realidad no es agradable para ningún conspiracionista, lo que conduce a algunos a doblar la apuesta. También dentro de QAnon. Ahora mismo, algunosya barajanexiliarse:
I’ll be honest, this cheered me uppic.twitter.com/zQWeGGnMAS
“¿Y ahora qué? Necesito sacar a mi familia de aquí. Este país no va a ser seguro durante mucho tiempo”, expresa un usuario en 4Chan. Si el plan ha fallado no ha podido ser porque QAnon o Trump estuvieran equivocados o nos hubieran engañado, sino porquealguienlo ha desmantelado. Y ahora viene a por nosotros. En la paranoia que se retroalimenta, refugiarse en Rusia parece un buen plan. “Es lo que planeo hacer. No escuches a nadie que te recomiende quedarte en este pozo sin fondo”, plantea otro. Tristeza, neurosis, resquemor, ansiedad, ira.
QAnon ha llegado tan lejos como le ha sido posible. Mucho más de lo que un día nadiepudo imaginar. La cuestión es: ¿qué será lo próximo?
Imagen: Carlos Barria/Reuters