Ocho empleados nuevos y un 150% más de ventas online: el efecto “Parásitos” en las patatas Bonilla

Andrés P. Mohorte

Es un detalleminúsculo, casi imperceptible, en una escena a mitad de película, pero suficiente para obrar el milagro. Mientras la familia Kim cena en el suntuoso salón de la familia Park, un cilindro metálico familiar sobresale por debajo de la mesa. Se trata del bote de las patatas Bonilla, una pequeña fábrica gallega reconocida en toda España que, de la noche a la mañana, vive un frenesí de pedidos.

La culpable,Parásitos, película surcoreanagalardonadacon cinco Oscar hace algunos días.

Origen. El idilio entre Corea del Sur y Bonilla a la Vistase remontaa 2016, cuando un proveedor asiático peinó el mercado europeo en busca de unas patatas fritas acordes a sus exigencias. Las encontró en A Coruña, en una empresa local fundada por César Bonilla en 1932. Destinadas a una feria patrocinada por Hyundai, fueron un éxito inmediato.

Los 3.600 botes del primer envío se agotaron en un abrir y cerrar de ojos.

Hasta la película. Mitad fenómeno popular mitad estrategia de márketing, las patatas Bonilla se convirtieron en un fenómeno viral entre los surcoreanos. A las numerosaspublicacionesdedicadas por las celebridades einfluencerslocalesen Instagramhubo que sumar hace un año su apariciónen unas fotospromocionales de Stray Kids, banda deK-Popcon millones de seguidores, en un reportajede Dazed.

Resultado: antes siquiera del estreno deParásitosla fábrica de Arteixo exportaba37.000 kilosde patatas a Corea del Sur cada mes.El 10%de su producción anual termina en el país asiático.

Locura. Sucede que el Oscar ha disparado la popularidad de Parásitos, y con ella la de patatas gallegas. La demanda se ha disparado de tal modo que la fábrica ha tenido que doblar turnos y contratara ocho trabajadoresmás. Las ventasonline, en parte espoleadas por la atención nacional e internacional sobre la marca (como atestiguaeste reportajede The Guardian), han crecido un 150% cuando antes eran marginales.

En palabras del propio César Bonilla enLa Voz de Galicia:

Sobre el frenesí productivo de la fábrica, responsables de la empresaexplicanlo siguiente, también en La Voz:

Efecto Oscar. ¿Es normal? Hasta cierto punto sí. Los Oscar, con todossus defectos, son una máquina de atraer miradas. Películas comoAmerican SniperoZero Dark Thirtyobtuvieronmás del 90% de su recaudación en salas tras obtener la nominación. Hay tantos espectadores observando que se han convertido en un espacio de incalculable valor para las marcas. Un anuncio de 30 segundos en plena ceremonia cuesta$2.6 millones.

Un ejemplo de su impacto. Cuando en 2014 Ellen DeGeneres presentó la gala,encargódiez pizzas a una cadena local llamada Big Mama’s and Papa’s. Brad Pitt, Jared Leto y otros actores las devoraron frente a las cámaras. Al día siguiente sus ventascrecíanun 500%,duplicandosus seguidores en Facebook y saturando sus cocinas.El impactoestimado de la escena, gratuita para la marca, fue de $10 millones.

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