Javier Pastor

Actualización 27 mayo 23:00:El lanzamientoha sido abortadodebido a las condiciones climáticas. Había un 40% de posibilidades de que esto ocurriera. Habrá un nuevo intento este sábado 30 de mayo a las 3:22 PM ET.

No son Armstrong, Aldrin o Collins, pero ahora mismoBob Behnken and Doug Hurley deben sentirse un poco así: hacía mucho que dos astronautas no recibían tal atención. El motivo —ellanzamiento de la Crew Dragon en unas horas— no parece demasiado especial, sobre todo cuando hace décadas que existen misiones espaciales tripuladas.

Lo cierto es que lo es.No tanto para el resto del mundo pero sí para Estados Unidos, que si todo sale bien podrá dejar de depender de las cápsulas rusas Soyuz y por fin dará paso definitivo a una era de misiones espaciales concohetes reutilizablescomo losFalcon 9o los espectacularesStarship. Unos viajes que además podrían salirle espacialmente rentables al abrir la puerta al turismo espacial.

Un importante paso más en el camino a la Luna (y a Marte)

Algo así no se consigue de la noche a la mañana: Elon Musk creó SpaceX en 2002 con elambicioso objetivodeponer algún día a un hombre en Marte.O a muchos. Esa empresa fue logrando hitos notables queacabaron convirtiéndola en “socia” de la NASA(junto a Boeing, que tuvo untropiezo reciente) a la hora de plantear el futuro de las misiones espaciales en los Estados Unidos.

La evolución de SpaceX ha sido desde luego espectacular. Hace ya más de cuatro años que vimos cómo un Falcon 9 de SpaceX lograba despegar y luegoaterrizar suavemente con éxito. Esa capacidad planteaba un ansiado punto de inflexión y lograba por fin ofrecercohetes reutilizablesqueabaratarán de forma notable el coste de las misiones espaciales.

Ahora esos cohetes serán usados para llevar la cápsula Crew Dragon a la Estación Espacial Internacional (ISS, por International Space Station), algo que esun logro muy especial para SpaceX y la NASA.

Hace casi una década que la NASAdepende de las cápsulas y las plataformas de lanzamiento rusas y de su cápsula Soyuzpara sus misiones espaciales tripuladas, pero con esta misión, que ahora promocionan con untrumpiano"Launch America", recuperan suindependencia total.

Este lanzamiento forma parte del programa llamado Commercial Crew, quecomo explica la NASAconvierte a la ISS en un elemento crítico “para comprender y superar los retos de un vuelo de larga duracióncomo el que será necesario para el viaje a Marte”.

La NASA, SpaceX y Boeing sueñan conreconquistar la Lunay llegar a Marte, pero antes de poder hacer nada de eso deben demostrar que es posiblellevar de forma segura a astronautas a una órbita terrestre baja.

Si lo logran, la misión Demo-2 —nombre poco agraciado para un hito de esta magnitud— se convertirá en la primera misión tripulada de SpaceX en sus 18 años de historia, y como decimos, la primera que permite enviar astronautas en una nave estadounidesey desde suelo estadounidense desde hace casi una década.

La Soyuz salía muy cara…

El programa Space Shuttle tuvo su primera misión tripulada el 12 de abril de 1981 yse supone que iba a tener una duración de 15 años. Su ciclo de vida fue mucho más largo, y 135 misiones después —dos de las cuales, la Challenger y la Columbia, acabaron en tragedia— la última misión, Atlantis, se lanzó el 21 de julio de 2011.

Desde entonces ninguna plataforma estadounidense (nave y cohete) ha sido utilizada para lanzar misiones tripuladas. De repenteEstados Unidos tuvo que apoyarse en Rusia, que se convirtió en un singular aliado para esas misiones.

La cápsula Soyuz permitió seguir mandando astronautas en misiones de la NASA, perola factura se estaba haciendo cada vez más grande. Aunque China también tenía naves de este tipo, la NASA tiene prohibido trabajar con dicho país sin la aprobación explícita del Congreso de los EE.UU.

Eso convertía a Rusia en un singular monopolio que se aprovechó de la circunstancia para ir incrementando el precio del billete espacial. De los 21 millones que costaba en 2008, antes de la retirada del programa Space Shuttle,se ha pasado a los 90 millones de dólaresque cuesta un vueloplanificadopara el mes de octubre.

Se estima (PDF) que con la Crew Dragon ese billete baja a los 55 millones de dólares. Los papeles podrían invertirse gracias a esa circunstancia, y Roscosmos, la agencia espacial rusa,podría verse obligada a bajar los preciosde esos billetes espaciales.

La NASA podría incluso acabarvendiéndole pasajes a astronautas rusos, algo que como apuntaba Jim Bridenstine, máximo responsable de la NASA, veía perfectamente posible: “llegará el día en el que los cosmonautas rusos puedan lanzarse desde cohetes americanos. Recordad”, destacaba, “la mitad de la ISS es rusa”.

… y la Crew Dragon podría iniciar la era del turismo espacial

La ventaja de la nave Crew Dragon es además importante en otro ámbito: la Soyuz tiene cabida para tres astronautas pero como mucho envía a dos astronautas de la NASA en el mismo vuelo.La cápsula de SpaceX tiene espacio para siete astronautas, algo que permite que las misiones de investigación en la ISS sean mucho más compatibles con la labor de mantenimiento de la veterana estación espacial.

No solo eso: se espera que cuando la NASA reserve un lanzamiento con SpaceX,se reserve cuatro asientos para sus astronautas. El resto de asientos estarán disponibles paraastronautas privados, o, como los llaman en la industria “participantes en vuelos espaciales”.

Eso permitirá que se planteen esos lanzamientos también como una forma de iniciar de forma mucho más clara una nueva era de turismo espacial que incluso permitiría a esos astronautas privadospasar varias noches en la ISS al precio de 35.000 dólares por noche. No parece mucho dinero, sobre todo teniendo en cuenta que Richard Garriott, un emprendedor británico,pagó30 millones de dólares por poder pasar dos semanas en la ISS en 2008.

El negocio promete: en febrero SpaceXanunciaba que ya ha vendido cuatro de esos billetesa travésde una empresa llamada Space Adventures. Otra agencia de viajes espaciales privados, Axiom Space, llegaba aotro acuerdocon SpaceX en marzo.

Ese singular uso de estas misiones permitiráotros escenarios curiosos. Por ejemplo, el que nos prepara paraesa película que Tom Cruise rodaráen la estación espacial internacional.

Puede que esta última parte sea mucho menos ilusionante desde el punto de vista de la exploración espacial tradicional, pero es un complemento llamativo a nivel financiero para un proyecto que puedeplantear el regreso del hombre a la Luna en los próximos años. Más allá está Marte, por supuesto, pero eso será otra historia.