¿Qué contamina más, una hamburguesa de carne o una de Beyond Meat? Este gráfico lo ilustra

Andrés P. Mohorte

Laproducción sintéticade alimentos vive un momento dulce. Durante los últimos años hemos asistido al surgimiento y a lapopularizaciónde las hamburguesasde mentira, de loschuletones falsoso del pescado que en realidadno es pescado, entreotras proyectosde variopinta consideración. Empresas como Beyond Meat han llevado el fenómeno a una escala industrial sin precedentes. Si en 2017 facturaba $32 millones, en 2020 había multiplicado la cifrahasta los $400 millones(aunque los estragos de la pandemia le hicieronperder dinero).

El fenómeno ha causado toda clase de reacciones. Para muchos tan sólo son aberraciones culinarias fruto de un futuro distópico donde la tecnología, paso a paso, devora al ser humano como Saturno a sus hijos. Para otros son herramientas perfectas para acabar con uno de los retos más acuciantes de la humanidad: la producción masiva de alimentos y su impacto medioambiental. Hay demasiadas personas interesadas en comer carne. Y producirla a esa escalaes un problemaparael planeta.

Más allá de las fuertes objeciones morales de una minoría de carnívoros, al fin y al cabo subjetivos, hay una crítica que sí merece la atención: no son aúnsaludables. Las hamburguesas veganas sonproductos industriales, cargados desal, carbohidratos y azúcar, elementos muy insalubres y que tienen un peso más reducido en la carne real. La OMSha asociadosu consumo a un mayor riesgo de cáncer (al igual que la carne roja), en parte por estar plagada de ingredientesultraprocesadoscomo el almidón, la dextrosa o la proteína de soja.

Cuando el debate rota en torno a estas variables, los defensores de losalimentos realesse cargan de razón: para este viaje no hacían falta tantas alforjas. Pero en muchos sentidos es marrar el tiro. A nivel global, es más interesante analizar qué tiene un mayor impacto en el mundo, ya sea mediante la huella medioambiental que generan o mediante la contaminación directa atribuible a su producción. ¿Contaminamás una hamburguesa de toda la vida o una de Beyond Meat?

Es la pregunta que trata de respondereste estudioelaborado por investigadores de la Universidad de Michigan pero financiado en parte por Beyond Meat. Esto no significa que sus resultados sean falsos, pero sí que deben ser interpretados con cautela. En ellos se nos muestra la diferencia entre el impacto que tiene una hamburguesa convencional de ternera (113 gramos) frente a una hamburguesa falsa (también de 113 gramos). El peaje que le pasa al planeta la primera es mucho mayor.

Esto es algo especialmente evidente en dos parámetros: el uso de agua y el uso de suelo, ambos estimados. Para fabricar una hamburguesa falsa en sus plantas, Beyond Meato la española Heuranecesitan poco menos de un vaso de agua pequeño. Para comernos nuestro hamburguesa favorita de carne real, sin embargo, la humanidad necesidad destinar alrededor de21 litros de agua. ¿Tanta agua bebe una vaca? No exactamente. El problema reside en su dieta, una alimentación basada en soja y otros cereales de bajo coste que son indispensables para su engorde. Es decir, cultivos. Cultivos que ocupan mucho espacio y agua.

Como sabemos,las granjas industrialesdejan tras de sí una de las mayores huellas medioambientales de la economía. Frente al ideal de la vaca que pasta en el campo, la mayor parte del ganado que llega a nuestro plato viene de centros intensivos donde la alimentación se dispensa a granel. Este esuno de los factoresque ha acelerado la deforestación del Amazonas (menos árboles para plantar soja) y que ha llevado a los cultivos para la ganaderíaa ocupar en torno al 27%de la superficie terrestre.

Esto es así, naturalmente, porque hasta ahora había sido imposible saciar nuestro consumo de carne (aunque esto está cambiando: es probable que hayamos llegadoal pico de la demandaen los países más ricos) sin producirla de forma industrial. Es imposible alimentar alos 1.000 millonesde vacas desperdigadas por el mundo meramente con pastos, sinsistematizar y procesarsu comida y engorde. Para todo ello requerimos de dos recursos (agua para regar los cultivos y espacio para plantarlos) que tienen externalidades negativas (más emisiones de CO2 y más metano, en parte por el amplio número de ganado que tenemos).

La respuesta de Beyond Meat a todo esto es: podemos ahorrárnoslocreandola carne en una fábrica normal y corriente. Las cifras son insondables. Un 90% menos de CO2, un 46% menos de consumo energético, un 99% menos de consumo de agua e impacto en su escasez, un 93% de uso terrestre. Pero la comparación tiene algo de truco, como se explicaen este interesante artículo. Sólo si comparamos una hamburguesa de Beyond Meat con una hamburguesa convencional (industrialmente producida, pongamos para McDonald’s) la carne de mentira sale ganando.

Si el partido se disputa frente a una hamburguesa producida a partir de ganado alimentado orgánicamente en pastos el resultado es otro. Empezando por las propias fallas del modelo de Beyond Meat y la industria de la carne falsa, extraordinariamente dependientede monocultivospara la consecuciónde sus principalesingredientes (como la proteína vegetal de guisante, el aceite de canola o el aceite de coco). Los monocultivos son problemáticos por varias razones. Tienen unahuella medioambientalmás alta,empobreciendonuestros suelos cultivables en el camino. Los animales juegan un rol importante en el ciclo regenerativo de la tierra.

Como cuentauna experta dietistaen el texto:

Es decir, sí, producir carne supone un problema para el medio ambiente, pero sólo en los términos en la que la producimos ahora (a escala industrial y de forma intensiva).Ya hay proyectosdonde el impacto negativo de la producción de carne a partir de vacunose neutralizamediante prácticas de agricultura y ganadería extensiva. Es decir, donde las emisionesson neutras o incluso negativas(una industria que a corto plazose antoja indispensablepara paliar los efectos del cambio climático). Para llegar a este punto sólo hay un (enorme, casi insalvable) obstáculo. Tenemos que comer mucha menos carne.Muchísima menos carne.

Esta es en gran medida una discusión teórica. La carne falsa sigue representando una porción minúscula del consumo de carne mundial. Pero si se juega en el terreno de las hipótesis, conviene tener en cuenta todas las variables. Una hamburguesa de carne industrial es peor para el planeta que una de Beyond Meat; pero una de carne orgánica y producida a partir de ganado alimentado en pastos probablemente no. Y como en todo, a largo plazo todo dependerá de una cosa: que Beyond Meat y otras hagan carne tan buena que la gente la elija por su sabor.

En última instancia es lo que nos importa como consumidores.

Newsletter de Xataka