Resulta que hay un submundo de hombres que no se limpian el culo. Y ha llegado a ser obra de arte en Ebay

Esther Miguel Trula

Esta esla historia de la semana en TikTok: al parecer en la red social de las píldoras de vídeo hay un nuevo reto para artistas. Consiste en embadurnarse el cuerpo en pintura y luego imprimir tu cuerpo sobre un lienzo. @aleasha89 pensó que era un plan divertido, y le ofreció a su mejor amigo hacer la prueba en su casa.

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El resultado dejó atónita a la artista: en el lugar donde debía estar su ojete había quedado una huella amarronada. Su colega no había aplicado toda la limpieza que debería a su parte íntima. Corte a: el receptor del cuadrolo ha devuelto asqueado. La chavala lo está intentando colocar en Ebay bajo subasta partiendo de los 10 dólares. Pese a que el post se ha vuelto viral, por el momento sólo hayun único (y milagroso) pujador.

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Esta anécdota de Aleasha es el último eslabón en la cadena decuentos de terror que circulan en Internet desde hace más de un lustro sobre hombres que no se limpian el ojete. La frecuencia con que aparece esta problemática dentro de los foros sobre consultas sentimentales ha hecho que pase a ser un cliché del género, un subtema con corpus propio, aunque es también una cuestión que sigue suscitando el asombro de aquel internauta que se enfrenta a esta desconocida realidad por primera vez.

Los auténticos hombres no separan los carrillos

La historia más divulgada fue la que subió a Twitter Keith Caldertres años atrás. Algunos de los comentarios de un comentario de Reddit decía:

Cuanto más profundizas, más honda es esta pesadilla.Aquíla crónica de uno de sus protagonistas: “No me empecé a limpiar el culo hasta los 16 (y nadie lo estuvo haciendo por mí, no)”. En ella cuenta cómo este muchacho simple y llanamente no sabía que había que aplicar papel higiénico hasta que saliese limpio, y dedujo que la zona nunca estaría libre de caca por completo. Este post, compartido 46.000 veces,dice, “Hoy-la-he-pifiado porque acabo de aprender a limpiarme ahí”. El susodicho admite que pensaba que no había ningún problema con su método hasta quesu novia le pasó un link de cómo había que hacerlo(sí, al parecerhay páginas webque explican a gente ya talludita la mecánica del acto).

Otro tipoaquíse pregunta: “ey, ¿hay que retirar todos los excrementos ahí abajo o sólo lo más gordo?”. Una chicaaquíimplora: “este chico se pasa el día con restos entre sus nalgas. ¿Es motivo de ruptura insalvable?”. La red nos ha demostrado que es un fenómeno quetraspasa fronteras nacionales e idiomáticas.

Los espectadores curiosos también se plantean la existencia diaria de estos hombres.Muchos se cuestionansi es gente que se pasa su vida oliendo mal allá por donde vayan, si durante eones la gente a su alrededor, pongamos, compañeros de gimnasio, decidieron ignorar la situación en lugar de tener una conversación incómoda con estos sujetos.

Algunos culpan a las dietas ricas en grasas, otros a ser demasiado velludos. La conclusión más compartida por la comunidad es que se trata deotro de los síntomas de una cultura de la masculinidad tóxica.

No preguntes, no lo cuentes

¿Hay mujeres que no se limpian la zona? Tenemosalgúnaisladocasoque lo confirma, pero se trata de excepciones, la prevalencia es abrumadoramente masculina. La idea se refuerza además por las respuestas que dan muchos de los protagonistas: aquí uno se escuda en quehacer eso es de “gays”, al igual quemuchos redditersafirman que se han encontrado con colegas que les dicen eso, que frotar la zona les parece de homosexuales.Aquíotro hace una larga diatriba por la que justifica que, dado que:

En otros sucesos paranormales recientes en el mundo de la fragilidad masculina, hay una corriente de hombres que evitan llamarse a sí mismos gays o bi y prefieren el término“andrófilo”, menos “invertido” y menos asociado a tener pluma. Los hombres homosexuales que se autodefinen como misóginos y que sienten pavor ante la perspectiva del sexo anal se categorizan en redes como“g0ys”. En otros pastos, hombres que se autodefinen comoheteros y que por lo que sea quieren practicar sexo con otros hombresy que, en lugar de llamarse gays o bis o curiosos, prefieren el más robusto término“sexo entre colegas”o “buddy baiting”, que el español de a pie conocerá con una frase popular ya en nuestro idioma:“nos hacemos unas pajillas pero sin mariconadas”.