Si el viejo estado del bienestar se tambalea, las startups podrían ser la llave de un nuevo modelo

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En esta sociedad de la que somos parte, no creemos que algo va a suceder hasta que ocurre. Si hace unos meses nos hubieran dicho a día de hoy la situación del mundo iba a ser la que estamos viviendo,posiblemente habríamos pensado que estábamos ante la sinopsis de una novela de ciencia ficción, de una distopía que nos hace replantearnos el futuro.

En unas pocas semanas hemos cedido parte de nuestras libertades en nombre del bien común y la salud. Hemos pasado de trabajar en una oficina a hacerlo en casa delante de una pantalla, o a no hacerlo. Y gran parte de la cotidianeidad que daba forma a nuestra identidad personal y social y a ese llamado estado del bienestar se ha transformado.

Del bienestar al no saber cómo estar

El llamado “estado del bienestar” es un concepto relativamente reciente, acuñado en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial, en el que el Estado y la economía se alían para ofrecer un entorno socioeconómico capaz de garantizar precisamente eso: el “bien-estar” de las personas.

Yla tecnología se ha convertido en un ingrediente esencial del estado del bienestar, tal y como reflejan iniciativas como el galardónMillennium Technology Prize. Se concede con carácter bianual desde la Academia de Tecnología de Finlandia desde 2004 a proyectos que promuevan el bienestar de la sociedad y la humanidad.

Pero la irrupción del COVID-19 ha hecho que prácticamente todo aquello que dábamos por seguro e inamovible se tambalee y se cuestione. De un razonable grado de certeza y seguridad hemos pasado a la incertidumbre prácticamente de la noche a la mañana.

La declaración de la pandemia mundial por parte de la OMS el 11 de marzo fue seguida de la declaración del Estado de Alarma en España el 14 de marzo.En apenas tres días, la situación en países como España pasó de una normalidad complicada a una excepcionalidad inéditaque ha cambiado nuestras prioridades en el contexto de bienestar. De repente, lo urgente era intentar manejar una cotidianeidad falsa desde un entorno online, teletrabajando, con clases virtuales, compras y pagos online…

La tecnología como catalizador

Es verdad, como decíamos, que si hay un catalizador que ha facilitado la construcción de la civilización tal y como la conocemos, ese es la tecnología. Primero, la tecnología industrial, con la máquina de vapor, la producción en cadena o los transportes. Después, en los últimos cincuenta años, el imperio de lo digital, con la llegada de las tecnologías de la información y las comunicaciones, que en esta pandemia nos han servido para seguir conectados al mundo.

Ysi la tecnología es el catalizador,la innovación es la inteligenciaque hace posible que ese catalizador sea realmente efectivo y cumpla un propósito. Los emprendedores ystartupslo saben bien yBanco Santandertambién. Por eso, ha puesto en marcha la iniciativaTomorrow Challenge. Pretende abrir el camino a emprendedores o startups para que intenten, sino cambiar el mundo, mejorar pequeñas parcelas de nuestro día a día que se han visto susceptibles de mejorar tras el coronavirus.

La tecnología sin innovación es una ruleta rusa en potencia. Y, en momentos como este que estamos viviendo, ambas tienen que hacer valer de un modo más contundente su capacidad regeneradora y rehabilitadora de ese estado del bienestar en el que estábamos inmersos.

Ya durante estas semanas de confinamiento,muchos negocios han conseguido transformar su operativa para adaptarse a los cambios. Por ejemplo, negocios de repostería que tenían en eventos presenciales como las bodas su mayor fuente de ingresos han adoptado modelos de ecommerce complementados con formación en su área de especialidad.

Las academias han pasado de acoger a cientos de alumnos en salas físicas a mover las clases a plataformas online y algunas comola academia de idiomas Bunkyopiensan mantener este modelo incluso cuando ya se pueda volver al presencial con vistas a expandir sus servicios en otros países.

La innovación es sinónimo de esperanza

Hace apenas una década, innovar era patrimonio casi exclusivo de las grandes empresas. Y los innovadores “indies” que pudiera haber enfocaban sus esfuerzos hacia la creación de grandes empresas. Es más, innovar no siempre era compatible con una formación universitaria y precisaba de una dedicación tan exclusiva como arriesgada.

Hoy en día, la innovación no es que sea compatible con la formación de las personas,es quees parte del proceso formativo.El “fenómeno startup” ha crecido tanto fuera como en el seno de la Universidad. Tiene mucho que aportar a un mundo donde los cambios se suceden a un ritmo acelerado y en el que las fuentes de financiación se han puesto al alcance de proyectos en los que se valora el talento más que los avales burocráticos de antaño.

Facilitar la expresión de este talento simplificando el acceso a financiacióny eliminando procesos burocráticos es ahora más importante que en un pasado de normalidad sin disrupciones. No hay tiempo para demoras. Las ideas están ahí para ser convertidas en realidades. Ya sucedió durante el confinamiento, cuando se necesitaban respiradores con urgencia: desde el mundo DIY surgieron múltiples iniciativas que ponían en valor las tecnologías de impresión 3D para fabricarlos.

Algunas cuajaron, otras no. Algunas sirvieron de cimiento para otras iniciativas o como motivación para que incluso empresas como las de fabricación de vehículos adaptasen sus líneas de producción a la construcción de respiradores. Todo empieza con una idea para emprender, se evalúa, se materializa. Sin olvidar que fracasar es parte (necesaria) del proceso.

En la búsqueda de la una vacuna contra el COVID-19,las iniciativas provenientes de la Universidad son tan importantes o más que las que llegan de grandes empresas farmacéuticas. Sin ir más lejos, laUniversidad de Zaragozaes uno de los centros que trabajan en esa búsqueda con un proyecto de los más avanzados de nuestro país. Es otro ejemplo del relevante papel que la investigación en el seno de la Universidad está desempeñando en la construcción de la “nueva normalidad”.

Iniciativas comoSantander Universidades, con sus programas de becas, ySantander X, con su apoyo al emprendimiento, son el reflejo de esta confluencia de tendencias. Así,desde el sector financiero se apoya al emprendimientoy la innovacióncomo valor fundamental para consolidar el estado del bienestar. O, como en la situación actual, para reinventarlo o reconstruirlo.

Santander X, creada en 2017, recoge en una única iniciativa varias de las tendencias más relevantes en el campo de la tecnología y la innovación: por un lado, lademocratización de la innovaciónacercándola a sectores tradicionalmente aislados de los círculos de financiación y realización de los proyectos tecnológicos. Por otro, la conciliación entre innovación y Universidad de modo que no es necesario finalizar los estudios e incorporarse a una plantilla para innovar.

Ahora, en un momento en el que la tecnología y la innovación tienen que hacer valer su capacidad parareinventar y reconstruir el estado del bienestartras esta particular prueba de estrés que está siendo el COVID-19, Banco Santander, a través de su plataforma Santander X, ha creadola convocatoria Santander X Tomorrow Challenge.

Santander X Tomorrow Challenge

Lo decíamos al principio:  en un mundo en constante movimiento, no creemos que algo vaya a suceder hasta que ocurre. Ahora, cuando el mundo se ha parado, nos encontramos con esa “nueva realidad” que, cada día que pasa, se hace más patente en forma de sutiles pero continuadosmovimientos hacia direcciones que hace unos meses serían inimaginables.

Las soluciones que creíamos suficientes para mantener nuestro estado del bienestar no han servido en muchos casos, por lo que hay que idear otras.Los conocimientos que dábamos por buenostampoco se han mostrado demasiado útiles, lo cual invita a adquirir otros acordes con las nuevas circunstancias. Incluso el concepto de trabajo está siendo cuestionado, lo cual hace que sea urgente redefinirlo. Y, los clientes y audiencias que hasta hace unas semanas eran la fuente de ingresos en muchos sectores, han dejado de ser una referencia, por lo que hay que reorientar las estrategias de negocio.

Santander X Tomorrow Challenge centra su convocatoria en la búsqueda destartups que puedan resolver uno de los cuatro retos identificadospor Santander X como claves para entender la sociedad post COVID-19:

Esta convocatoria persigue como objetivofavorecer a las mejores 20startupscon hasta un millón de eurospara financiación, mentoría y alcance global en Argentina, Alemania, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, España, México, Perú, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Reino Unido y Uruguay.

El plazo está abierto hasta el 2 de julio de 2020 en la web de la convocatoria:Santanderx.com/tomorrowchallenge.

De retos a oportunidades

Los retos pueden verse como oportunidades. Y estapuede ser la oportunidad definitiva de romper con cargas heredadas y (re)construir un estado del bienestarmás eficiente, global, coherente y conciliador de la economía con las personas, las sociedades y el medio ambiente.

La democratización de la innovación ha hecho posible que esté al alcance de aquellos emprendedores ystartupsen disposición de aportar una visión más amplia y desvinculada de viejos condicionantes.