Todas las misiones de la NASA en Marte llevan dos semanas “en negro”: la conjunción solar se está convirtiendo en un problema cada vez mayor

Javier Jiménez

Parece el argumento de una película de terror en el Espacio. Hace unos días, Marte entró en lo que se suele denominar “conjunción solar”; es decir, en ese momento en el que el planeta rojo se nos ‘oculta’ tras el Sol. Ocurre aproximadamente cada dos años y, durante unos días, se interrumpen las comunicaciones entre la Tierra y los cacharros que tenemos en la superficie del planeta.Llevamos dos semanas en negro.

Y la pregunta es qué nos encontraremos a la vuelta. Además de la interrupción y de los retrasos que ocasione, la NASA espera comandos corrompidos y comportamientos inesperados de los tres orbitadores, los dos rovers, el módulo de aterrizaje y el helicóptero que hoy por hoy se encuentran operativos allá arriba. Peroexaminar con detalle este evento ahora que cada vez tenemos más cosas allínos puede decir muchas cosas sobre qué podemos esperar de los futuros viajes al planeta.

Aislados, pero trabajando

El apagón afecta a todas las agencias que tienen misiones en Marte, pero la NASA es la que hadetallado su plan durante estas dos semanas. Y, para tratar de sacarle el máximo partido, ha programado algunas tareas que los dispositivos pueden hacer sin la monitorización y el control de la Tierra.

Dos semanas de retiro planetario

Aunque Marte se ocultó detrás del Sol el 7 de octubre, el cese de comunicaciones empezó cinco días antes, el día 2. Y estará así hasta el día 16, aunque según parece algunos instrumentos y dispositivos podrían tardar dos o tres días más en recuperarse. Como digo, es algo relativamente habitual. Pero lo cierto es quea medida que tenemos más cosas en el planeta vecino, los problemas derivados de estos apagones bienales han ido ganando peso. Y ganarán más.

Sobre todo, si no somos capaces de construir una infraestructura autónoma allí en Marte. Ese es quizásuno de los grandes debates estratégicos de la exploración (y colonización) del planeta: la tensión entre la necesidad de construir allí un nodo tecnológico lo suficientemente potente como para ser autónomo de la Tierra y el costo (social, económico y político) que esa infraestructura tiene.

Por lo pronto, los ingenieros de todas las agencias espaciales que tienen sondas en Marte están expectantes poraprender sobre cómo este silencio de dos semanas afecta a nuestros planes. Que no es poco.

Imagen | Juli Kosolapova