Todavía quedan bombas de la Guerra de Vietnam sin explotar y unos investigadores están usando IA para encontrarlas

Jose García

Entre 1955 y 1975, el mundo fue escenario de una las guerras más importantes de la historia: la segunda guerra Indochina, más conocida como laGuerra de Vietnam. Esta tuvo lugar en Vietnam, Laos y Camboya y las bombas tuvieron un gran protagonismo. Estados Unidos, sin ir más lejos, arrojó sobre Camboya500.000 toneladas de explosivos. Son muchas bombas (partamos de la base de que unmisil Mark 81pesa 119 kilos), ymuchas de ellas siguen enterradas en sus cráteres sin explotar.

Encontrarlas no es una tarea ni fácil ni barata, así que unos investigadores de la Universidad de Ohio han tenido la idea de recurrir a la inteligencia artificial. Estos investigadores hanusadoalgoritmos de reconocimiento de imagenpara detectar cráteres (algo que no es sencillo, como veremos ahora) y descubrir dónde quedan bombas por explotar. Y el modelo parece ser efectivo.

El reto de encontrar un cráter de hacer 45 años

Lo primero es saber cómo se encuentra una bomba sin explotar. Camboya lleva años recorriendo su territorio en busca de bombas activas yse estimaque esta labor les cuesta unos 40 millones de dólares anuales. Para encontrar estas bombas, Camboya ha estado usandoperros entrenadosyratas gigantes africanasque desde 2015 han encontrado350 bombas sin explotar.

Y es que si bien es cierto que una bomba deja un enorme cráter en el suelo cuando cae, con el paso de los añosse llena de tierra y de vegetación, así que no es tan fácil como observar una imagen satélite. Para poner a prueba el modelo, los investigadores eligieron un área alrededor de una aldea de Prey Veng de unos 100 kilómetros cuadrados que fue duramente bombardeada entre 1970 y 1973 (con 3.205 bombas de racimo, para ser exactos).

El modelo fue entrenado con una imagen satélite de la zona ycruzado con registros desclasificados del ejército estadounidensepara encontrar los cráteres. Para una primera etapa, usaron unos algoritmos desarrollados para detectar impactos de meteoritos en la Luna puesto que el cráter resultante es parecido, aunque mas pequeño. Entrenado el algoritmo, pasaron a la segunda etapa, en la que añadieron laspeculiaridades de un cráter antiguo, como la textura, el tamaño del área y la isotropía.

Pusieron a prueba el modelo y,de acuerdo a los investigadores,la tasa de detección de cráteres aumentó en más del 160%con respecto a los algoritmos usados anteriormente. De 177 cráteres que había en la foto, el modelo encontró 152, así quesu precisión es del 86%.Dado que los investigadores saben (gracias a los registros estadounidenses desclasificados) cuántas bombas cayeron allí y cuántas se han explotado ya, es posible saber cuáles son los cráteres de los explosivos aún activos.

Así pues, según el modelo quedan entre1.405 y 1.618 bombas racimo sin explotarsolo en estos 100 kilómetros cuadrados analizados, es decir, entre un 44 y un 50% del total. No es una cifra baladí, puesto que las bombas enterradas han matado o herido a más de 64.000 personas y se estima que una persona es herida por una bomba cada semana. Para los investigadores, este modelo podría ayudar a mejorar el proceso de desminado, puesto que se podrían invertir más recursos en aquellaszonas más vulnerablesy afectadas.

Vía |Scitech Daily