Todo era verdad, no una conspiración: Britney Spears ha dado la razón al movimiento FreeBritney
Esther Miguel Trula
En 2020 el movimiento FreeBritneycreyó ver señales donde podía haber simple azary entró en lo que muchos tildamos entonces como el terreno de la conspiración. Alguien escribió en el Instagram de la famosa cantante:“si necesitas ayuda viste alguna prenda amarilla en tu próximo vídeo”, un comentario más de los miles que seguramente reciba cada día la estrella. En el siguiente vídeo la profecía pareció cumplirse, y sus fans no necesitaron ninguna otra prueba para confirmar las sospechas. No importaba que Britney tuviese toneladas de mensajes previos en redes sociales afirmando que se encontraba bien y no en contra de su voluntad, aquella elección de armario no podía ser casual.
El caso es que ahora, un año después, los creyentes de esta fepueden sentirse reivindicados. En la última comparecencia en corte para recuperar su propia tutoría legal que hoy día compartenel fondo fiduciario Bessemer Trust y un fideicomiso de su padre, Jamie Spears, la cantante ha ratificado todas las sospechas: “Antes creía que nadie me iba a creer. Creía que la gente se burlaría de mí. Pero ahora quiero recuperar mi vida. Ha sido suficiente”. En su discurso telemático de 30 minutos (lo puedes escuchar aquí) la artista aseguró que tiene la intención de denunciar a su padre y al sistema judicial de Los Ángeles que ha permitido todo esto.“Las personas que me han hecho esto no deberían librarse y escapar tan fácilmente”.
¿Por qué Britney se queja ahora y no antes?
El tutelaje de su vida personal y profesional, una figura que en Estados Unidos se reserva para personas incapacitadas o con enfermedades gravesque no pueden hacerse cargo de sí mismas, ha durado 13 años, así que, ¿por qué ha alzado la voz en este momento y no en otro? Porque, como ella misma ha declarado, “no había vuelto a intervenir [en juicios] porqueen la audiencia anterior no me sentí escuchada”.
En enero de 2019se anunció que Spears se tomaría una pausa profesional y que se cancelaba su residencia en Las Vegas, pero despuésse filtraron a prensaunas declaraciones suyas de un juicio a puerta cerrada poco tiempo después por el que ella aseguraba que la habían llevado a un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad como castigo por no querer realizar ciertos bailes en sus conciertos en Las Vegas por los que, en caso de que se negase a hacer, sus empleadores podían reclamarle compensaciones por incumplimiento de contrato.
Britney Spears’ boyfriend Sam Asghari sports a#FreeBritneyshirt in new Instagram story.pic.twitter.com/HUkU0kgF1a
En mayo de 2019hubo un cambio en el juez asignado a las revisiones anuales que pudo facilitar una actitud judicial distinta. También la madre de la cantante fue en los últimos tiempos cambiando de parecer, y después, en septiembre de ese mismo año, el padre de Spears obtuvo una orden de alejamiento hacia sus nietos por un altercado físico, lo que derivó en que Jamie Spears tuviese que asignar al fideicomiso Jodi Montgomery para dirigir el tutelaje de la cantante. A esto hay que sumar el tampoco desdeñable ruido que hicieronun podcastque empezó a exponer el caso, el documental de The New York Times deFraming Britney Spears (Encuadrando a Britney Spears)y el apoyo de los fans, que se apostaban a las puertas de su mansión ygritaban cada semana haciéndole saber que no estaba solay que había quien creía en que estaba siendo rehén de sus padres. Tampoco parece casualidad que la cantante pidiese que esta audiencia en la que ella iba a intervenir se hiciese pública.
La vida de una marioneta superventas
Estas sontodas las cosas que Britney ha declaradoen este explosivo contraataque judicial y que alega ha sufrido en todo este tiempo: