Todo lo que Disney controla y posee, resumido en un inabarcable gráfico
Andrés P. Mohorte
Hace tres años el gobierno estadounidense dio el visto buenoa la fusiónentreDisneyy Fox, dos de las compañías audiovisuales más grandes de siempre. “La competencia ha muerto, ¡viva la competencia!”, debieron exclamar los defensores del libre mercado, si es que queda alguno escondido tras un arbusto. En el camino, el regulador abonó el terreno para que los guionistas más agudos escribieran algunos chistes a su costa. Ninguno tan brillantecomo el que surfealas últimas temporadas deBojack Horseman, una serie dedicada a la industria audiovisual en sí misma.
En la quinta temporada, y siguiendo la fusión real, uno de los personajes se refiere al conglomerado empresarial resultante del siguiente modo: Disney-Fox-AT&T-AOL-Time-Warner-PepsiCo-Viacom-Halliburton-Skynet-Toyota-Trader-Joe’s. En los sucesivos capítulos la fórmula cambia, pero al esencia se mantiene: Philip-Morris-Disney-Fox-AT&T-AOL-Time-Warner-PepsiCo-Viacom-Halliburton-Skynet-Toyota-Trader-Joe’s, AOL-Time-Warner-Pepsico-Viacom-Halliburton-Skynet-Toyota-Trader-Joe’s Records, etcétera.
La broma es sencilla: el capitalismose está devorandoa sí mismo y todas las empresas del mundo han convergido en un creciente oligopolio que debería protagonizar las pesadillas de todo economista clásico que se precie, si es que sobrevive alguno en una isla remota. Los datos avalan al chiste.Como vimos hace unos días, el 28% de la economía mundial ya está en manos de las 50 empresas más grandes, muy en especial las tecnológicas. De ahí que Estados Unidos y otros países hayan pisado terrenos antes impensables como un impuesto de sociedades global.
Hay un poder al margen del poder. Y los estados parecen estar reaccionando.
En este esquema Disney juega un papel relevante. No tanto como megacorporaciónmultimillonaria, que también, aunque las hay más grandes y monopolísticas, sino comosímbolo cultural. Disney se ha convertido de un tiempo a esta parte en el productor de ideas e historias por antonomasia no ya de Occidente, sino de la humanidad. Ostenta participaciones mayoritarias enelzeitgeistculturalde nuestra era y tiene una capacidad extraordinaria para moldear patrones de consumo y tendencias industriales (su entradaen el universo delstreaminges quizá uno de los ejemplos más paradigmáticos.
Lo ha logrado por unavariedad de razones. Entre ellos la adquisición sistemática de la competencia. ¿Qué posee Disney? Breve repaso. ¿Marvel? Suyo. ¿21st Century Fox? Suyo. ¿National Geographic? O, también suyo. ¿Endemol? Suyo. ¿Hulu, uno de los principales enemigos de Netflix en el mercado estadounidense?Yep. ¿ESPN y ABC, dos de las cadenas más importantes de Estados Unidos? Lo mismo. ¿Pequeños emporios mediáticos como Vice o el Canal Historia? Tiene una parte. ¿GoPro? También, a través de Steamboat Ventures, a la que posee.
La escala de las posesiones de Disney es tan gigantesca que cuesta condensarlas en un sólo gráfico. Eslo que han intentado en TitleMax, con el siguiente resultado.
Aquía máxima resolución.
Piensa en las dos franquicias cinematográficas más exitosas de la última década,Star WarsyMarvel, y estarás pensando en Disney. Es accionista mayoritaria en actores clave de la industria del entretenimiento, en cualquier nivel que podamos imaginar. ABC, Marvel, Touchstone, Lucasfilm, Pixar, Hollywood Records y Core Publishing son suyas al 100%. Posee el 80% de ESPN; y el 50% de A&E, History Channel, Lifetime; además del 10% de Vice. O sea, casi todo.
¿Nombres demasiado distantes? Ok, vayamos a lostítulos comerciales:Star Wars; losTeleñecos; el MCU de Marvel; por supuesto todas las películas clásicas de animación, desdeAladínhastaFrozen; todo lo que produzca Pixar, incluyendo la inminenteToy Story 4;Indiana Jones; y franquicias remotas y ya amortizadas como lasCrónicas de NarniaoPiratas del Caribe. Ah, yAnatomía de Greyy otras series de ABC. Y a todo esto hay que sumar sus parques de atracciones,su principalfuente de ingresos. El año pasado,Disney declaró 59.000 millonesde dólares en beneficios.
Sólo auténticas máquinas de producir dinero, comoAramcoo Apple, están por encima. Netflix y HBO, obvio, están muy, muy lejos.
La guinda del pastel la colocóla fusión con Foxnegociada durante varios años y sintetizada en la primavera de 2019. Disney añadió a su colección todo el catálogo audiovisual de Fox, incluyendo uno de los grandes estudios históricos de Hollywood (21st Century Fox); una de las marcas televisivas más consumidas por el público estadounidense (Fox, Fox Sports, Sky en Reino Unido y Europa, National Geographic); y el 30% de Hulu, el segundo servicio destreamingmás popular de EEUU.
Por nombres:Los Simpson, de Disney;Alien, de Disney;X-Men, una de las pocas franquicias taquilleras que escapaba a su control, ahora también de Disney (incluyendoDark Phoenix); losCuatro Fantásticos, de Disney;Cómo conocí a vuestra madrey otras series, de Disney. La operación se tasóen 71.000 millonesde dólares. Jamás en la historia reciente del entretenimiento tanto (dinero) había estado concentrado en tan pocas manos. Es un emporio inabarcable. AOL-Time-Warner-Pepsico-Viacom-Halliburton-Skynet-Toyota-Trader-Joe’s Records ya existe. Es Disney.