Tras la fiebre del papel higiénico y de la levadura, llega el turno de las piscinas hinchables
Irene Sierra
Dos meses de confinamiento nos han servido para aprender que cualquier producto es susceptible de convertirse en un bien de lujo durante una pandemia. Primero fue elgel hidroalcohólicoy elpapel higiénicoy trasagotar el stock de levadura, ahora vamos enfilados a por las piscinas.
En alza.Lademanda de piscinas hinchablesse ha incrementado con la llegada del buen tiempo y, en Amazon, las opciones más asequibles estánagotadas desde hace días. Pero el furor por los baños recreativos va más allá de las piscinas infantiles. No hay stock delos modelos desmontables ni tampoco de las que vienen condepuradora incorporada. Lo más llamativo es que ninguna de estas alternativas destaca por ser muy económica: las desmontables rondan los 150 euros y las otras los 300.
Incertidumbre.Del mismo modo que en el ecuador de la cuarentena agotamos la levadura y la harina porque necesitábamos matar el tiempo como fuese, todo apunta a que la demanda de piscinas ha aumentado porque aún hay muchasincógnitas en torno al verano. Previsiblemente los niños no volverán al colegio hasta septiembre y las vacaciones fuera de nuestra residencia habitual dependerán de la fase de la desescalada en la que se encuentre tanto nuestro territorio como el de destino estival.
Para hacernos una idea, durante la fase 3, estarán permitidos los desplazamientos fuera de nuestra provincia, pero siempre y cuando aquel territorio al que nos dirijamos también esté en esa fase.
Segmentación.Las piscinas no son un bien de primera necesidad, ni un producto que se adapte fácilmente a cualquier tipo de vivienda, por lo que el incremento de las ventas está asociado a untipo de consumidor concreto. Por un lado, quienes residan en una vivienda con acceso a un pequeño patio o terraza y, por otro, aquellos que vivan en una casa con un jardín lo suficientemente extenso como para poder instalar una piscina detres metros de largo.
Mercados calientes.Después de que lademanda de gel hidroalcohólicoy mascarillas dejase de ser preocupante, el material deportivo, el de oficina y las panificadoras captaron la atención de los consumidores del comercio electrónico.Teletrabajar en las sillas del comedornos hizo demandar opciones más ergonómicas y la repostería horneada con la levadura que agotamos nos hizo replantearnos hacer ejercicio y romper (también) el stock de lasbicicletas estáticas.
Expectativas.Aunque todavía no sé sabe a ciencia cierta cómo será el verano en cada territorio, los ayuntamientos y los gobiernos regionales ya trabajan en el desarrollo de distintos protocolos que permitan ir a la playa manteniendo las medidas de seguridad. Respecto al riesgo de contagio en el agua, científicos del CSIC sostienen quees “muy poco probable"que suceda tanto en el agua del mar como en las piscinas.
Imagen:Torange