Un Yuri Berchiche desfondado: qué sabemos sobre el impacto del coronavirus en los deportistas
Andrés P. Mohorte
Una imagen llamó la atención de aficionados y periodistas durante la disputa del Athletic - Celta, partido de la Primera División española celebrado el pasado viernes. Yuri Berchiche, jugador del club vasco, había llegado asu límitefísico al término de la primera parte. Completamente desfondado y con dificultad para continuar sobre el terreno de juego, erasustituidoen el minuto 46'. Una semana antes, frente al Getafe, le había sucedido lo mismo, abandonando el campo en el 49'.
¿Por qué?
Causas. A principios de octubre, Berchiche habíacontraídoel coronavirus. Tras la convalecencia reglamentaria, se reincorporó a la actividad de equipo a mediados de mes. Desde entonces ha tenido dificultades para adaptar su físico al ritmo competitivo. “Estamos tratando de averiguar si sus problemas tienen relación o no”,explicaríael mismo viernes su entrenador, Gaizka Garitano. “Hay casos diferentes y puede ser que algunos [jugadores] sigan teniendo algún efecto secundario de la enfermedad”.
¿Posible?La hipótesis hasido deslizadapor el club por el peculiar cuadro de Berchiche. Originalmente atribuyeron sus dificultades a una pubalgia. Pero los síntomas que obligaron a sustituirle (cansancio, mareos) nada tenían que ver con ello. “Estamos preocupados”, continuó Garitano, “no termina de arrancar. Se está haciendo pruebas”.En abril, Melendo, jugador del Espanyol, apuntaba en la misma dirección: “Los compañeros afectados por el virus están más cansados”.
Otros casos. La idea de un “largo covid” que penalice el rendimiento atlético de los deportistas durante meses no es nueva. Tenistascomo Grigor Dimitrovhan atribuido a la enfermedad su escasa forma física tiempo después. Tras dar positivo en junio, seguía sintiéndose “cansado” en septiembre, durante el US Open. Similar experiencia relata Jonny Walton, remero olímpico británico: “Tardé dos o tres meses en superarlo (…) Parecía que mi forma física había desaparecido de la noche a la mañana”.
Entre otros síntomas, Walton mostraba pulsaciones disparadas a cada ejercicio. Hoy forma parte de un pequeño estudio del Instituto Inglés del Deporte sobre el impacto del covid en los atletas.
Un trabajo. ¿Pero hasta qué punto hay relación? Los casos anteriores hablan de sensaciones mucho antes que de certezas. En septiembre, un grupo de investigadores de la Universidad de Ohio publicaronun trabajodonde analizaban el impacto cardiovascular del covid en 26 atletas universitarios de Estados Unidos. Resultado: cuatro de ellos (el 15%) mostraban signos de “inflamación” en el miocardio, loque disparabasu riesgo de sufrir una miocarditis.
Implicaciones. Desde entonces otros estudios, tanto centrados en deportistas profesionales como en la población general,han evidenciadolos problemas cardiovasculares asociados al coronavirus. Estudios más recientes y amplios han identificado “inflamaciones” similares en hastaun 30%de los atletas analizados. Pero sólo son trabajos preliminares. No es posible establecer una causa-consecuencia (sus problemas pueden o no pueden deberse al covid, e incluso pueden precederles).
Seguimos teniendomás incógnitasque certezas.
Otro problema. En primavera, varias ligas universitarias de Estados Unidosaplazaronla reanudación de los partidos por sus implicaciones sanitarias. La más inmediata, el riesgo de sufrir una miocarditis. Los deportistas profesionales sonmás proclivesa ellas por la naturaleza de su profesión, yes sabidoque puede activarse a través de determinadas bacterias o virus. ¿Se cuenta el coronavirus entre ellos? No lo sabemos, pero los cardiólogos llevanadvirtiendode ello desdeel verano.
Cansancio, fatiga. El caso de Berchiche parece más relacionado con el “largo covid” tan teorizado desde el inicio del otoño. Pacientes que prolongan los síntomas más leves de la enfermedad, como la fatiga o el cansancio permanente, durante meses. Ambosestán contempladoscomo “efectos secundarios” por el CDC estadounidense. No obstante, es un área para la que aún no contamos con respuestas firmes.
Como revelaeste reportajede The New York Times, el miedo a no recuperar el nivel de antaño es real entre algunos deportistas de élite. Pero lo cierto es que muchos, tras superar la enfermedad, han retomado su profesión con normalidad (incluso cuando han dado positivo endos ocasiones, como Fernando Gaviria, ciclista colombiano). Sea como fuere, el virus ha irrumpido en el deporte profesional a todos los niveles.