Una sentencia de 168 millones de euros: el ahorro de Glovo y otras apps con sus falsos autónomos

Andrés P. Mohorte

¿Trabajadores autónomos o empleados? Nunca antes una pregunta de apariencia tan roma había ocupado tantos titulares en los medios de comunicación. El modelo de negocio de Glovo y otras aplicaciones de reparto así lo quiso. Las aplicaciones, tan exitosas, dependían deridersque operaban o bien como falsos autónomos o bien como colaboradores y trabajadores por cuenta propia, en función del tribunalal que preguntáramos.

El Supremo ha zanjado la cuestión esta semana.

Son trabajadores. El tribunal, al que se remitían tanto empresas como trabajadores, ha sidomuy claroal respecto. Glovo no es “no es una mera intermediaria en la contratación de servicios entre comercios y repartidores”, el argumento esgrimido durante años por la empresa, sino una empleadora con trabajadores a su cargo. Es una distinción crucial. Glovodebe contratara sus repartidores, asalariados en toda regla, tras haberlos utilizado como falsos autónomos.

Los sueldos. No se trata de un tecnicismo. Glovo, UberEats y Deliveroo asentaban gran parte de su éxito en este esquema de contratación. En diciembre, UGTcifrabaen 170 millones de euros el ahorro para todas ellas. Sus cálculos eran simples. Por un lado, esquivaban el sueldo fijado por el convenio sectorial, de unos 17.200€ al año. Los ingresos brutos de los 14.000ridersempleados por el sector no superan hoy los 10.800€. En lugar de pagar 247 millones al año, estaban pagando 154,8 millones.

Ahí van 92,2 millones de ahorro.

Las cotizaciones. Y por otro, cargaban el peso de las cotizaciones sociales íntegramente en sus trabajadores. Ahí van otros 76,8 millones de ahorro, para una suma total de 168 millones. El modelo de contratación no sólo hipotecaba las ganancias de losriders(a razón de casi 300€ de cuota de autónomos al mes), sino que también privaba de entre 50 y 74 millones de euros a la Seguridad Social, fruto de las cotizaciones más bajas y de los salarios más modestos percibidos por los falsos autónomos.

Provechoso. Se trataba de un sistema rentable para Glovo y otras compañías. No lo decimos nosotros, sino ellas. “Sería una buena faena, pero nos adaptaríamos, veríamos la manera”,explicabahace dos años el CEO de Glovo, Oscar Pierre, cuestionado por una resolución del Supremo desfavorable a sus intereses. El día ha llegado. En su momento, Pierre afirmólo siguiente: “Sí, lo haríamos [contratar a susriders]. Pero con un modelo que no nos gustaría porque perderían la flexibilidad”.

Resultados. Para hacernos una idea del agujero que la sentencia del Supremo plantea a todas las aplicaciones de reparto: Glovo facturó unos52 millonesde euros en 2018, un 268% más que el año anterior que todavía no le ha permitido entrar en beneficios; Deliveroo cerró 2018 facturando más de500 millonesde euros en todo el mundo, pero con pérdidas de 261 millones; y pese a que UberEatssí declaróbeneficios, no superaron el millón de euros (para una facturación de 16 millones).

Reto. Si las cuentas de UGT eran correctas, no hace falta ser un gran matemático para prever el enorme obstáculo que la sentencia del Supremo planteará a todas las aplicaciones. Hasta ahora, su modelo de negocio había dependido de generosas rondas de financiación (Glovo ha recaudado hasta300 millones), pero en base a un crecimiento y unos beneficios estimados…Que dependíande los falsos autónomos.

Aquel modelo pertenece ya al pasado. Glovo, uno de losunicorniosespañoles más notorios, necesita un nuevo camino.

Imagen: GTRES

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